Las selecciones olímpicas mexicanas y brasileñas no pudieron marar en portería rival y se tuvieron que conformar con un empate, en partido que se celebró en tierras brasileñas
Las selecciones olímpicas de Brasil y México empataron hoy a cero en el amistoso disputado en el estadio Joao Castelo de Marañao, estado al norte de Brasil, en un encuentro marcado por la humedad, el calor y el juego físico.
Brasil, que sólo pudo preparar el partido con un entrenamiento por su amistoso el viernes contra Paraguay, salió con el equipo de reserva, sin Rafinha ni Lucas Silva de inicio en el césped.
Sin embargo, el mediocampo de Brasil se hizo con la posesión de la pelota desde el principio y le dio rapidez y verticalidad al juego, aunque la defensa de México –con la dupla formada por Hedgardo Marín y Carlos Salcedo en la zaga- lograron frenar las embestidas de la “caraniha”.
En los primeros 45 minutos, el juego se disputó en el mediocampo, con poca profundidad por los dos lados, mientras en la delantera “azteca”, Erick “El Cubo” Torres y Marco Bueno intentaban bajar balones altos y dar oportunidades de contraataque en tres cuartos de cancha.
Al medio tiempo, México llegó sofocado por el calor y la humedad en el Joao Castelo de Marañao, donde en una tarde soleada la entrada no llegó a la mitad de los 40 mil espectadores de capacidad.
El descanso le sentó bien al “Tri” y en el segundo tiempo salió con mayor voluntad de mantener la pelota pegada al césped, estirando el campo desde la defensa para evitar que Gibran Lajud, el portero de Xolos, tuviera que colgar el balón al centro del campo para deshacerse de la presión de los delanteros brasileños.
Con el balón más jugado por México, comenzaron las incomodidades para Brasil y en los primeros 10 minutos de la segunda, “El Cubo” tuvo una oportunidad de remate de corner que se fue por encima del larguero, al disparar de sobrebote.
Ante la pérdida de control del esférico, el seleccionador brasileño Alexandre Gallo dio entrada a Lucas Silva y Rafinha, jugadores de los clubes españoles Real Madrid y Barcelona, respectivamente, para oxigenar el medio del campo y recuperar el control del encuentro.
El técnico mexicano Raúl Gutiérrez optó, por su parte, por dar entrada a José Carlos Van Rankin y Rodolfo Pizarro, con el objetivo de abrir el campo y logró contrarrestar a las dos estrellas de Brasil, que fue abucheado por su propio público en momentos del partido y al final del encuentro.
En el 33 de la segunda llegó la mejor oportunidad de Brasil, a chute del mediocentro del Benfica, Anderson Talisca, que obligó a Lajud a estirarse para mantener el 0-0.
Al final, México y Brasil acabaron en tablas y volvieron a demostrar que ambos están a un nivel muy parecido de cara a los preparativos para los Juegos Olímpicos Río de Janeiro de 2016, donde la “verde amarela” tratará de quitarse la espina de la derrota ante el “Tri” en Londres 2012 y lograr, por fin, la medalla de oro que falta en su palmarés.