Al grito de “¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!”, miles de manifestantes portando banderas venezolanas y gorras tricolor, iniciaron el miércoles movilizaciones desde diferentes puntos de la capital, en un intento de la oposición de demostrar que recuperó su fuerza en las calles y que logró reagruparse para enfrentar al gobierno de Nicolás Maduro en el inicio de su segundo sexenio.
El presidente, agobiado por las crecientes presiones internacionales, también llamó a movilizaciones similares en una nueva medición de fuerzas con los sectores de oposición.
Desde el amanecer, la policía tomó algunas calles del centro y el este de la capital donde se realizarán las marchas.
En la céntrica Plaza Venezuela fueron apostados varios centenares de guardias nacionales con equipos antimotines y camiones cisterna y blindados.
Las principales autopistas y avenidas capitalinas amanecieron con escasa presencia de vehículos y transeúntes, y numerosos comercios no abrieron sus puertas.
Horas antes del inicio de las marchas se registró un incidente en la barriada de clase media del Paraíso, en el oeste de la capital, donde decenas de guardias nacionales dispersaron con gases lacrimógenos a centenares de manifestante opositores que se concentraban para la movilización, dijo el dirigente opositor Jesús Armas.
La noche del martes, se registraron por segundo día consecutivo algunas protestas callejeras en algunas barriadas pobres del norte y el oeste de la capital en rechazo al gobierno de Maduro, reportaron medios locales.
Asimismo, en las localidades sureñas de Ciudad Bolívar y San Félix, del estado Bolívar, se registraron la noche del martes algunos saqueos de comercios y fue incendiada una escultura del fallecido presidente Hugo Chávez, informó el diputado opositor Américo De Grazia.
Durante los saqueos en Ciudad Bolívar falleció al menos una persona que fue identificada como Carlos Alfredo Olivares, un obrero de 30 años, y otras dos personas resultaron lesionadas, según un reporte policial.
Las marchas convocadas coinciden con el aniversario del establecimiento de la democracia venezolana tras la caída de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez en 1958, lo cual ha generado gran expectativa tras la escalada en los últimos días de los enfrentamientos entre el gobierno y la Asamblea Nacional, que controla la oposición.
“Hoy podemos decir con orgullo y determinación, que las banderas de lucha del 23 de enero, jamás serán traicionadas”, afirmó el miércoles Maduro, en un mensaje de su cuenta de Twitter, al conmemorar la fecha histórica.
Tras acusar sin pruebas a Estados Unidos de alentar el «caos» y el «enfrentamiento entre venezolanos», el mandatario dijo la víspera que las autoridades tomarán todas las medidas de seguridad en las marchas para que «cada quién salga en paz».
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional y dirigente opositor, Juan Guaidó, instó el miércoles a la población a salir en paz a las calles y llamó a la fuerza armada a que se ponga del lado de la Constitución y el pueblo.
“Las miradas del mundo estarán hoy sobre nuestra patria”, señaló Guaidó en su cuenta de Twitter, y reiteró que el Congreso seguirá adelante con la ruta que se fijó el 5 de enero en el inicio de nuevo período de sesiones para el “cese de la usurpación”, el “gobierno de transición” y las elecciones libres.
El reconocido director venezolano de orquesta Gustavo Dudamel también se sumó a las voces a favor de la marcha opositora y dijo el martes durante un acto en el que fue develada su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood que Venezuela vivirá el 23 de enero un «día crucial en cual el inmenso clamor de las mayorías debe ser escuchado y respetado».
“Venezuela vive una situación social y política inaceptable», afirmó Dudamel, director musical de la Filarmónica de Los Ángeles, al expresar preocupación por la situación de su país, que está sumido en una profunda crisis económica y social con una galopante hiperinflación de siete dígitos y una severa recesión.
El presidente de la encuestadora local Delphos, Félix Seijas, afirmó que con la movilización del 23 de enero la oposición buscará demostrar que se ha reactivado el ánimo entre sus seguidores, mientras que el oficialismo utilizará el evento «para seguir manejando de manera mediática la situación».
Seijas sostuvo que para la oposición será crucial lo que hará a partir del 24 de enero, cuando deberá definir la ruta que seguirá para aumentar las presiones hacia el gobierno de Maduro.
El Congreso declaró la semana pasada que Maduro está usurpando la presidencia y catalogó como «nulos» todos sus actos desde que asumió el 10 de enero el cargo para su segundo sexenio.
La mayoría de los países de la región, la Unión Europea, y la oposición venezolana ha desconocido la reelección de Maduro alegando que los comicios del 20 de mayo se realizaron sin cumplir lo establecido en las leyes.
A inicios de semana, el Tribunal Supremo de Justicia declaró inválida a la nueva directiva del Legislativo y consideró «nulos» los recientes acuerdos que aprobaron contra Maduro, escalando la confrontación entre los poderes públicos.