Todas hemos escuchado mil y un consejos (y unas cuantas historias de terror) sobre la lactancia. Que si duele, que si salen grietas, que si no la puedes combinar con biberones… Esta información heredada en ocasiones puede provocar que tomemos decisiones diferentes a las que hubiéramos querido, por eso es importante desmitificar la lactancia, para que tu bebé y tú vivan esos primeros meses como sea mejor para ustedes y su estilo de vida.
Mito: La lactancia es fácil
Quien te diga que amamantar es sencillo tuvo muy buena suerte o ya no se acuerda. La realidad es que la lactancia es NATURAL, pero eso no quiere decir que no tenga sus complicaciones. De acuerdo con UNICEF, todos los bebés nacen con el reflejo de buscar el pecho. Sobre todo, en sus primeras horas de nacido, tu bebé sabe qué hacer.
La dificultad está en lograr que tu pequeñito agarre el pezón de la forma correcta. Si no lo hace, la lactancia se puede volver dolorosa. Si después de un par de días sigues sintiendo molestias puedes pedir la ayuda de tu pediatra o una consultora de lactancia para que te ayude a encontrar el agarre perfecto.
Mito: Debes lavar tu pecho antes de amamantar
Si tenemos que esterilizar chupones, biberones y juguetes, tal vez pienses que también es buena idea lavar tu pecho antes de alimentar a tu bebé, pero la realidad es que no es necesario. Los pezones producen bacterias buenas que los bebés pueden oler, y esto ayuda a facilitar la lactancia (además de ayudar al sistema inmunológico de tu pequeñito).
Mito: Si quieres seguir dando pecho no puedes dar biberón
Existen miles de razones por las cuales puedes decidir darle un biberón a tu bebé, y la realidad es que esto no afectará tu producción. Puedes escoger una leche en polvo que se adapte a las necesidades de tu pequeño (tu pediatra te puede ayudar con eso) o puedes usar un extractor de leche para que alguien más pueda alimentar a tu bebé si tú no estás.
La recomendación es que sigas amamantando con tanta frecuencia como sea posible, y que compres biberones que repliquen la forma natural de succión. Chicco tiene unos biberones que hacen justo eso, con diferentes tetinas para cada etapa que se diferencian en forma: inclinada,o alargada. El biberón correcto te puede ayudar a que la transición sea más sencilla.
Mito: Tienes que dejar de dar pecho cuando regresas a trabajar
Para muchas mamás esto se convierte en realidad por la practicidad de la leche en polvo, pero no tiene que ser así. Puedes seguir dando leche materna a tu bebé con biberón mientras trabajas y pecho cuando estés en casa.
Chicco tiene un extractor manual que es discreto y pequeño, lo puedes conseguir en paquete con biberones para diferentes etapas. Venden una cajita que se llama “Set de Lactancia Natural Feeling” que incluye también un chupón ortodóntico, un cepillo para lavar los biberones y un esterilizador para el microondas (que te hace la vida más fácil, en serio). Es un kit muy completo que puedes agregar a tu mesa de regalos de Baby Shower.
Mito: tienes que llevar una dieta blanda mientras amamantas
Esta creencia es muy común, pero la realidad es que no tienes por qué cambiar tus hábitos alimenticios cuando das pecho. Es importante que lleves una dieta balanceada, pero tu bebé ya fue expuesto a tus gustos y antojos mientras estabas embarazada. Lo que sí recomienda UNICEF es que si detectas que un alimento en particular afecta a tu bebé lo omitas de tu dieta y se lo comentes a tu pediatra. ¡Lo importante es probar!
Estos son solo algunos de los mitos que rodean a la lactancia, ¿te contaron algún otro que resultó ser total mentira?