El vehículo explotó a primera hora de la mañana del pasado miércoles 31 de mayo a escasos metros de la zona de seguridad donde se encuentran la Presidencia
Cámaras de seguridad captaron el momento exacto en que un camión cisterna cargado con explosivos estalló la semana pasada en la capital afgana, matando a por lo menos 150 personas, en el peor ataque registrado en Afganistán desde la invasión estadunidense en 2001.
El vehículo explotó a primera hora de la mañana del pasado miércoles 31 de mayo a escasos metros de la zona de seguridad donde se encuentran la Presidencia y buena parte de las embajadas en Kabul, cuando cientos de personas se dirigían a sus puestos de trabajo.
Las imágenes dan cuenta de la magnitud de la explosión a la entrada de la zona de seguridad de la ciudad.
En el video se aprecia cómo el camión bomba avanza por una calle hasta a llegar al punto de revisión militar, donde terminó volando en pedazos y causando destrozos masivos en los alrededores.
Aunque inicialmente se reportaron 90 muertos y más de 400 heridos, el presidente afgano, Ashraf Ghani informó este martes que 150 personas murieron y que más de 300 resultaron lesionadas en el ataque.
El atentado del pasado miércoles ha sido el más sangriento que ha vivido Afganistán desde la invasión estadunidense en 2001, superando con creces el saldo de 85 muertos y más de 400 heridos que causó un atentado contra una protesta de la minoría hazara el año pasado.
Aunque ningún grupo ha reivindicado la autoría del ataque, la principal agencia de inteligencia afgana, el Directorio Nacional de Seguridad (NDS), responsabilizó del mismo a la red Haqqani, ligada a los talibanes, afirmando que contó con «dirección y cooperación directa de la Agencia de Espionaje de Pakistán ISI», algo negado por Islamabad.
El Gobierno afgano ha acusado en varias ocasiones a Pakistán de estar detrás de una «guerra no declarada» contra Afganistán y de dar cobijo a los terroristas de la red Haqqani.
En medio de un repunte general de la violencia, el conflicto que vive Afganistán se cobró la vida de 3 mil 500 civiles el año pasado, de acuerdo con Naciones Unidas.