Este jueves, el Cámara de Diputados de Argentina aprobó una ley que busca despenalizar el aborto. Ahora esta ley va al Senado en lo que hasta ahora ha sido una victoria histórica
El movimiento feminista de Argentina estalló este jueves de la emoción al lograr una victoria histórica, después de que la Cámara de Diputados aprobara en una intensa sesión un proyecto de ley que busca despenalizar el aborto y que ahora deberá debatirse en el Senado, mucho más conservador.
La sede del Congreso en Buenos Aires amaneció este jueves rodeada de la expectación y ansiedad de miles de mujeres que retaron al frío gélido del invierno austral.
Durante casi 24 horas, tiñeron una de las avenidas aledañas de verde, el color insignia de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, la impulsora de la iniciativa, que establece que toda persona gestante tiene derecho a interrumpir su embarazo durante las primeras 14 semanas.
Al otro lado del edificio, un centenar de integrantes del autodenominado movimiento “provida” reclamaban con sus característicos pañuelos azules que los legisladores frenasen este proyecto, que en marzo fue presentado por séptima vez.
El pleno arrancó el miércoles con un centenar de diputados a favor de la legalización, otro centenar, en contra, y una veintena que todavía no se había pronunciado.
Durante las 23 horas que duró el debate, varios indecisos fueron posicionándose e, incluso, algunos legisladores cambiaron su postura, hasta que, en la mañana del jueves, llegó el momento de la reñida votación, que terminó con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención.
El presidente Mauricio Macri, personalmente contrario al aborto pero que había dado libertad de conciencia a los integrantes de su partido, valoró en un acto que se trató de un “debate histórico, propio de la democracia” en el que todos pudieron dirimir sus diferencias para apostar por el “diálogo”.
Tras el resultado, el grito unificado de los legisladores a favor de la despenalización que explotó en el interior de la Cámara Baja se unió a los saltos de alegría y las lágrimas de las mujeres, muchas de ellas adolescentes, que, desde fuera, vieron cumplido un deseo que parecía imposible hace unos meses.
“Las 24 horas sin dormir y paradas no fueron un impedimento sino un momento de encuentro, de sororidad (hermandad entre mujeres) y de empuje para que esta ley en la calle se haga escuchar y los diputados y diputadas escucharon, por suerte, nuestras voces”, señaló a Efe Gabriela Bombart, una de las manifestantes que pasó toda la noche en la calle.
A ella, lo ocurrido este jueves le genera una “alegría inmensa” porque se pudo dar un paso más para lograr una “deuda de la democracia” como es el aborto legal, seguro y gratuito, lo que refleja que “el feminismo está más vivo que nunca”.
La lucha se trasladará ahora al Senado, la Cámara más conservadora, donde sus 72 integrantes deberán debatir el proyecto y rechazarlo o aprobarlo de manera definitiva, aunque aún es una incógnita en qué plazo sucederá.
Según Unicef, en Argentina, nacen anualmente casi 3 mil bebés de niñas de entre 10 y 14 años y, según Amnistía Internacional, el aborto es la principal causa de muerte materna en 17 de las 24 provincias.
El Código Penal vigente en el país suramericano desde 1921 considera el aborto un delito, aunque contempla que “no es punible” cuando es necesario evitar un peligro para la salud de la mujer o si el embarazo es producto de una violación.
Por eso, Bombart espera que sus voces sigan siendo escuchadas por los legisladores, algo que también desea Victoria Tesoriero, integrante de la Campaña, quien ve necesario “presionar mucho” para tratar de convencer a una cámara “más difícil”.
“Esperamos que la movilización y la presión social se haga notar y que el Senado sancione la ley, porque la movilización que vivimos ayer fue histórica. Más de un millón de personas en la calle pidiendo por este derecho. Creo que en nuestra historia como país nunca vimos algo así”, señaló en una entrevista con Efe.
Salga adelante la ley o no, el movimiento feminista local ya logró algo más grande: “una renovación generacional en la lucha por los derechos de las mujeres”, apuntó Tesoriero.