Alcanzar el éxito puede ser un tema de salud, sobre todo en el caso de las mujeres, quienes al ocupar un puesto de poder, resulta ser un asunto muy estrenaste.
Las mujeres no tienen nada de sexo débil, y pese al machismo existente en muchísimas partes del mundo, han demostrado que son capaces de cubrir un puesto de autoridad en el trabajo como el mejor de los hombres. Sin embargo, este “poder” podría cobrarles con salud.
Un estudio realizado en el 2014 demostró que las mujeres en altos cargos, o con control sobre el trabajo de sus subordinados, presentan más síntomas depresivos que las que no tienen el mismo grado de autoridad en su empleo.
La conclusión surgió a raíz de que los investigadores analizaran cuestionarios de 1,300 hombres y 1,500 mujeres, realizados entre 1993 y 2004. En estas encuestas, se hizo un seguimiento de los cambios en los puestos de trabajo de los entrevistados y los síntomas de depresión que presentaban. Aunque el estudio no analizó las razones por las que las mujeres presentaban más estrés, se cree que los estereotipos tienen mucho que ver, ya que una mujer que demuestra liderazgo, muchas veces es juzgada negativamente por ser “poco femeninas”, por lo que se alimenta el estrés crónico.
.“Años en investigación en ciencias sociales sugieren que las mujeres en posiciones de autoridad lidian con tensiones interpersonales, interacciones sociales negativas, estereotipos negativos, prejuicios, aislamiento social, así como resistencia de sus subordinados, colegas y superiores”, señaló la investigadora principal del estudio, Tetyana Pudrovska, en un comunicado de prensa.