El modista español falleció en su domicilio de Portstall, en el noroeste de Francia
El diseñador español Paco Rabanne falleció este viernes a los 88 años dejando de luto al mundo de la moda. El artista era uno de los más futuristas dentro de su género, al tiempo que fue una gran influencia para varios de sus colegas.
El diseñador franco-español ha fallecido en su domicilio de Portstall, en el noroeste de Francia, confirmaron a EFE fuentes de la firma de moda que fundó.
Francisco Rabaneda y Cuervo, nacido el 18 de febrero de 1934 en la localidad española de Pasajes, en el País Vasco, hizo una gran carrera de modista y creador de perfumes sobre todo en Francia.
El diseñador de moda español era conocido por sus excéntricos diseños de ropa y por fundar una de las marcas de fragancias más conocidas del mundo.
La muerte de Rabanne fue confirmada por la empresa matriz de su marca, quien dijo que había “marcado generaciones con su visión radical de la moda y su legado perdurará”.
Paco Rabanne era mundialmente conocido por sus conjuntos metálicos y sus diseños de la era espacial de los años 70.
La muerte de Francisco Rabaneda y Cuervo, fue también confirmada por un portavoz del grupo español Puig, que controla la marca Paco Rabanne, de la que el diseñador salió hace dos décadas.
El diseñador de moda español Paco Rabanne, conocido por sus excéntricos diseños de ropa y por fundar una de las marcas de fragancias más conocidas del mundo, murió el viernes a la edad de 88 años.
La muerte de Rabanne fue confirmada a la AFP por la empresa matriz de su marca, quien dijo que había “marcado generaciones con su visión radical de la moda y su legado perdurará”.
“Paco Rabanne hizo que la transgresión fuera magnética. ¿Quién más podría inducir a las mujeres parisinas a la moda a clamar por vestidos hechos de plástico y metal?” dijo José Manuel Albesa, de Puig, con sede en Barcelona, propietario de la etiqueta de Rabanne desde la década de 1960.
Rabanne fue una figura clave en el movimiento de moda de la era espacial de la década de 1960, conocido por usar metal y otros materiales inverosímiles en sus atuendos.
Se asoció con Puig en 1968 y lanzaron su primera fragancia juntos un año después, lo que dio lugar a una línea de perfumes que sigue siendo una de las más populares a nivel mundial en la actualidad.
“Una personalidad importante en la moda, la suya fue una visión atrevida, revolucionaria y provocadora, transmitida a través de una estética única”, dijo el presidente Marc Puig en el comunicado.
El diseñador español fue bautizado, por Coco Chanel, como el “metalúrgico” de la moda. Se labró un lugar especial en ese selecto mundo, armado simplemente con unas pinzas y planchas de metal.
Adepto al esoterismo, Rabanne también se hizo un nombre a través de sus declaraciones excéntricas.
“Me gusta el esoterismo desde mi más tierna infancia. Mi madre era muy pragmática, pero mi abuela era chamán, me inició muy pronto en el conocimiento del mundo. La moda me permitió ganarme la vida, pero no era realmente mi centro de interés”, explicaba en una entrevista en 2005.
Su madre trabajó como costurera para Cristóbal Balenciaga.
Su padre, el general Rabaneda-Postigo, estaba a cargo del cuartel militar de Guernica durante la guerra civil española. Fue fusilado por las tropas franquistas en 1936. En 1939, la familia busca refugio en Francia.
Rabanne estudió y se diplomó en Bellas Artes en París (sección arquitectura). Empieza diseñando accesorios, joyas, corbatas y botones para Dior, Saint-Laurent o Cardin. Luego decide lanzarse por su cuenta al mundo de la moda, con la idea de introducir nuevos materiales y técnicas.
En un desfile que causa sensación en 1966 presenta 12 vestidos hechos “con materiales contemporáneos”. El show, provocador, presenta por primera vez en la pasarela modelos negras, que bailan con los pies desnudos. El éxito es fulminante. Pero sus primeros vestidos metálicos pesan más de 30 kg.
La modelo y cantante Françoise Hardy posa ese mismo año para la revista “Elle” con un traje de baño rectangular, de plástico blanco.
Hablar con Dios
Vestido invariablemente con una bata de color oscuro, pantalón a juego, tanto en invierno como en verano, Paco Rabanne deconstruye materiales como el visón o las colas de zorro, que recorta para hacer flores. Utiliza el acetato, “tricota” el metal para hacer jerséis, o viste a sus modelos con cotas de malla.
En 1968 firma un contrato con la marca de perfumes española Puig y lanza “Calandre”. Tiene éxito, y esa incursión en el mundo de los perfumes no solamente se mantiene, sino que con el tiempo pasa a ser su nueva identidad.
En 1986, Puig, que ya tenía en su haber las marcas Nina Ricci o Carolina Herrera, así como los perfumes de Prada y Comme des Garçons, compra la totalidad de la casa Rabanne.
El costurero trabaja igualmente para el cine. Se encarga del vestuario de películas como “Dos o tres cosas que sé de ella”, de Jean-Luc Godard o “Barbarella” de Roger Vadim.
Paco Rabanne creía en la reencarnación, y aseguraba que había tenido otras vidas en el pasado, entre ellas la de una prostituta amante del rey Luis XV. También aseguraba que había visto a Dios, y que había recibido la visita de extraterrestres.
En 1999 anuncia en uno de sus libros la destrucción de París a causa de la caída de la estación espacial Mir, apoyándose en una lectura muy personal de las profecías de Nostradamus.
Ese mismo año la casa abandona su actividad alta costura para centrarse en el prêt-à-porter, que confía a Rosemary Rodriguez.
Poco a poco Paco Rabanne se aleja del diseño, pero sigue apegado al mundo de la moda al firma parte de jurados de festivales, donde le gustaba dirigirse a las generaciones más jóvenes.
“¡Sed audaciosos como lo fuimos en nuestra época con Pierre Cardin, Saint Laurent o Courrèges! ¡Sed osados! ¡Buscad sin cesar! Para hacerse un nombre e imponerse no puedes copiar”, explicaba.