El gobierno mexicano comenzó esta semana un nuevo programa para regular el ingreso de migrantes. Las primeras estrategias del plan son el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur y la instalación de una mesa de trabajo con Guatemala, El Salvador y Honduras
El gobierno de México empezó a cumplir esta semana las estrategias para regular el ingreso de migrantes por la frontera sur del país e impedir que crucen hacia Estados Unidos sin documentos. El secretario de Relaciones Exteriores (SRE) Marcelo Ebrard dijo este miércoles que el plan de migración ya está en fase de implementación y el primer paso es el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur.
El plan de migración del gobierno mexicano hasta ahora consiste en la incorporación de la Guardia Nacional en la frontera, cooperación con los gobernadores de Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Veracruz y Campeche, así como trabajo en conjunto con los gobiernos de los países del Triángulo Norte de Centroamérica y las agencias de la ONU.
En conferencia en Palacio Nacional, Ebrard explicó que tras una reunión con autoridades de la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Marina de México y del Instituto Nacional de Migración se acordó desde el miércoles iniciar la movilización del nuevo cuerpo de seguridad que ya se encuentra en Tapachula, Chiapas.
“Estamos en la fase de implementación del plan especial. El despliegue de la Guardia Nacional avanzará de manera rápida en los próximos días”, dijo el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El secretario de Relaciones Exteriores de México añadió después de la negociación con el gobierno de Estados Unidos que México tiene 45 días para demostrar al presidente Donald Trump y al resto de su administración que el acuerdo no requiere medidas adicionales.
Ebrard precisó también que el próximo viernes habrá una reunión con los gobernadores de Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Campeche para compartirles el programa de migración y acordar las acciones de las autoridades estatales y federales para cuidar todos los aspectos de este plan.
A estas medidas se suma la mesa de trabajo instalada desde el lunes con autoridades de Guatemala, Honduras y El Salvador para trabajar respecto a los temas migratorios y la acción inmediata del Plan de Desarrollo para México y Centroamérica.
El secretario aseguró que mantendrá contacto permanente con los mandatarios de los tres países, mientras a la par se tienen reuniones de trabajo entre funcionarios de otros niveles.
Ebrard también se comprometió a realizar reuniones con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y otras agencias de Naciones Unidas para iniciar el diseño de un sistema de gestión migratoria.
De acuerdo con un comunicado de la SRE, la prioridad del plan es que los migrantes que decidan quedarse en México recibirán una atención correspondiente de carácter social y trato humanitario, asimismo el fortalecimiento y coordinación de los países que integran el Plan de Desarrollo Integral.
Sobre el tema migratorio, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que con el acuerdo se protegió a la economía del país. El mandatario también dijo que con el plan que ya se implementa se busca que la “vía mexicana” sea la mejor para atender el fenómeno migratorio desde sus causas.
“Fue un buen acuerdo para el país porque se evitó la posibilidad de una crisis económica y financiera y que así lo están percibiendo empresarios y la gente y así lo está demostrando los datos sobre el comportamiento del peso y sobre compromisos de inversión para nuestro país”, puntualizó el presidente.
Además, el canciller presentó el martes ante López Obrador un equipo de cinco funcionarios que trabajarán en la nueva estrategia de migración en respuesta a la exigencia de Estados Unidos.
En el equipo participan el general Vicente Antonio Sánchez; Francisco Garduño, comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social federal; Javier May Rodríguez, subsecretario de Bienestar; Horacio Duarte, subsecretario de Empleo, y Maximiliano Reyes Zúñiga, subsecretario para América Latina y el Caribe.
Nueva amenaza
Del otro lado de la frontera, Trump dijo este miércoles que si México no frena la migración hacia el territorio estadounidense, su país entrará en la fase dos sobre la situación migratoria que describió como una etapa mucho más difícil.
No obstante, el presidente estadounidense no dio detalles sobre lo que podría desarrollarse en la siguiente fase.
Por otra parte, Acnur hizo este miércoles un llamado a conversaciones regionales sobre la migración forzada que comienza en Centroamérica. En un comunicado, esta agencia de la ONU pidió una reunión urgente de los Estados de la región para trazar una acción coordinada para abordar este creciente desafío de desplazamiento de manera efectiva y sostenible, en formas que prioricen la protección de las vidas.
De acuerdo con Acnur, un enfoque regional debe incluir la expansión de la capacidad de recepción y las infraestructuras de asilo, el apoyo colectivo para los programas de integración local, el reasentamiento ampliado dentro y fuera de la región y los acuerdos para el retorno seguro y digno de las personas que no necesitan protección internacional.
La acción regional coordinada también es necesaria para abordar los fenómenos de desplazamiento interno antes de que se conviertan en flujos de refugiados, incluidas las iniciativas de desarrollo sólidas que abordan las causas subyacentes de la violencia y el desplazamiento.
En este sentido, Acnur apoya el Plan de Desarrollo Integral entre México y los países del norte de Centroamérica, que se está negociando en la actualidad.
Además, la agencia de Naciones Unidas denuncia que el desplazamiento forzado desde Centroamérica presiona la capacidad de asilo en toda la región, poniendo en riesgo a un creciente número de individuos y familias, y creando situaciones que ningún país puede abordar por sí solo.
La violencia y la persecución por parte de las agrupaciones criminales en algunas partes de Centroamérica, junto con una crisis social y política en Nicaragua, llevan a un creciente número de personas a través de las fronteras en busca de un lugar seguro, según Acnur.
En la primera mitad del año, 593 mil 507 solicitantes de asilo y migrantes han llegado
a la frontera sur de Estados Unidos desde México, de acuerdo con los datos de la agencia de refugiados.