Nuevo terremoto estremece a Italia

La mañana de este domingo se registró un terremoto de 6.6 grados en escala de Richter en la localidad de Norcia, no se reportan muertos

Los habitantes de la localidad de Norcia, en la región de Umbría, afectada por el nuevo sismo que azotó el centro de Italia, muestran su angustia y su miedo porque la tierra en esta zona no deja de temblar.

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Esta mañana un terremoto de magnitud 6.6 en la escala de Richter causó varios heridos y nuevos desprendimientos en edificios del centro del país, después de que desde el pasado 26 de octubre los terremotos y las réplicas se sucedieran de forma constante.

Muchos de los habitantes de este municipio abandonaron su casa desde el pasado miércoles, cuando dos temblores de magnitud superior a 5 grados sacudieron las regiones de Umbría y Las Marcas.

Sin embargo, otros tantos decidieron quedarse en sus casas, tal es el caso de Noelia Eliza, de 89 años, a la que el terremoto de hoy de sorprendió mientras dormía.

Eliza explicó que “el miedo se apoderó” de ella cuando a las 07.40, hora local, la tierra volvió a estremecerse en el centro del país.

“Me había ido a la cama a la una de la mañana y a las siete estaba todavía durmiendo”, recordó, con lágrimas en los ojos.

Explicó que una vecina la ayudó a salir de casa a través de una ventana y se alegró de no haber sufrido heridas.

Ahora, espera, sentada en una silla, hasta que los servicios de Protección Civil “decidan qué hacer” y adónde trasladar a los afectados.

Junto a ella, también se mantienen con la mirada perdida dos hombres que, sin casi ganas de hablar, reconocen su “cansancio” por esta situación que están sufriendo miles de personas en los últimos días.

El acceso al centro de Norcia se cerró a la gente debido a que numerosos edificios e iglesias se han venido abajo o han sufrido importantes daños en sus cimientos y corren el riesgo de caerse, según Protección Civil.

Cientos de bomberos, policías, miembros del cuerpo de Carabineros y personal sanitario trabajan en la localidad, mientras que los damnificados se abrazan y se consuelan, con el miedo reflejado en sus rostros a que en las próximas horas vuelvan a producirse nuevas sacudidas.

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