Véritas Liberabit Vos
Así de claro y contundente, así de impredecible e informal, así de hegemónico fue su decisión que dejo atrás todas las gestiones de la cumbre donde los líderes de esos siete países debatieron en la necesidad de contar ahora que se vive dentro de un contexto globalizado con un comercio justo, libre y mutuamente beneficioso, donde cada parte puso de su empeño para gestionar una apertura, una flexibilidad, un aliciente para la economía de los países, todo eso al parecer ya consensado se vino a la borda por la negativa posterior de Trump hacia esta declaración conjunta.
Si bien durante la cumbre a pesar de ciertas discrepancias entre el Presidente estadounidense y el Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau y del francés Emmanuel Macron los dos días de reuniones se llevaron de una manera conciliadora tratando de resolver las diferencias con un ánimo de encontrar puntos de coincidencia, no obstante el antecedente de la aplicación por parte del gobierno de Trump de imponer aranceles a las importaciones estadounidenses de acero y aluminio desde Canadá, la Unión Europea y México.
La molestia de Trump la mimetizó y controló a medias ya que durante la cumbre llego a señalar que estos aranceles impuestos en días pasados eran una vía para proteger a los trabajadores de su país y a la misma industria debido a una competencia para él por demás injusta, así como también se dio el tiempo enumerar todas las ofensas que en materia comercial ha recibido Estados Unidos por parte de Canadá y la Unión Europea ahí presente, le falto señalar otros países entre los que incluye lógicamente a México; esta molestia la espetó luego de su salida anticipada de la cumbre dada su inminente reunión con su homólogo norcoreano, siendo aparentemente las declaraciones posteriores del Primer Ministro canadiense lo que lo orillaron a expresar su decisión final.
Lo que desató la ira de Trump fue lo dicho por Justin Trudeau (anfitrión del evento) en rueda de prensa posterior a la reunión donde reiteró su oposición a los aranceles establecidos y de paso habló sobre toda la serie de cambios planteados por los representantes de Estados Unidos en la renegociación del Tratado de Libre Comercio con Canadá y México así como su actitud de retirarse de este acuerdo; esa declaración fue la chispa que desató el encono tachando al Primer Ministro de aprovechar su ausencia para decir que son insultantes los aranceles impuestos por Estados Unidos, tachando a Trudeau de deshonesto y débil.
La reacción de Alemania, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia y Japón fue de sorpresa, desánimo e inestabilidad, y en respuesta en cada caso, fue una decisión llamando a buscar la unidad conjunta tal como lo señala la declaración contundente del Ministro de Exteriores de Alemania “Con un tuit puede destruir a toda velocidad una increíble cantidad de confianza. Es por eso por lo que Europa debe permanecer más unida que nunca y defender sus intereses con más agresividad. Una Europa unida es la respuesta a América Primero”.
Lo ocurrido este fin de semana ante el asombro del importante Grupo de los 7 se suma a la ya conocida actitud o tendencia del Presidente norteamericano de dejar con un palmo de nariz a sus socios o países integrantes de comisiones destinadas a buscar progresos o mejoras a nivel mundial, tal es el caso de la salida de Estados Unidos en agosto del año pasado del Acuerdo de París referente al cambio climático poniendo así en riesgo el objetivo marco establecido de mantener el alza de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados; este retiro fue considerado como un error histórico, ya que colateralmente le abría las puertas a China para convertirse en el nuevo líder del cambio climático.
La otra decisión es salirse del Acuerdo sobre no proliferación de armas nucleares en Irán bajo el pretexto de que esto no era más que una estratagema de los iraníes para gozar del proteccionismo que le daba el eliminar los bloqueos económicos pero veladamente continuar con su desarrollo subrepticio de utilización de la investigación atómica con causas bélicas, este retiro no vino más que a poner un poco más de fuego en la ya convulsionada zona del Medio Oriente dando forma para que Israel pudiera tener más libertad de acción en su ya milenario intento de dominio y dar preponderancia a Rusia de Putin en la zona de Siria con la ya destructora guerra interna.
Ya no es nuevo ni de extrañar esta postura, así como fue de abrupto la imposición que México sufrió en los aranceles hacia el acero y el aluminio, la decisión de apoyar la capital de Israel en Jerusalén con la incredulidad de todos los tratados de paz anteriores para lograr un acuerdo con los Palestinos, situación que data de 1948 en que se fundó el Estado de Israel.
Las reacciones fueron claras, la llamada a la unión de Europa frente a América Primero se dejó escuchar en las declaraciones de Ministros o Presidentes que quedaron desalentados por la forma tan abrupta de tomar una decisión contraria hacia lo ya establecido.
Estaremos al pendiente de los resultados de la Cumbre entre Pyongyang y Washington donde podremos ver de nuevo que actitud mostrará Trump ante Kim Jong Un; por esta ocasión nos quedamos ante una fotografía de la Cumbre del fin de semana que dice más que mil palabras, donde se ve a Ángela Merkel y varios integrantes más de pie ante un arrogante Trump que sentado y de brazos cruzados parece decir lo que hará cuando se retire de la Cumbre, ¿qué se podrá esperar?.