Durante siglos la humanidad abrazó el oro como el máximo referente de valor y riqueza. Su distintivo color aún simboliza opulencia y fortuna, pero es su predominancia como verdadero símbolo de prosperidad la que ha perdido brillo.
Su precio de cierre el viernes pasado en Estados Unidos fue de 1,290.69 dólares por onza, unos nada despreciables 24,208 pesos mexicanos. Esta cantidad no sólo es ampliamente superada por el valor de otros activos modernos, como la criptomoneda bitcoin —94,878.20 pesos—, también es inferior al valor de otro metal: el del paladio.
El precio del paladio al contado al cierre del viernes fue de 1,374.10 dólares por onza —25,773.44 pesos—, aunque su máximo histórico lo alcanzó hace menos de un mes, el 20 de marzo, con poco más de 1,600 dólares. Ese día el oro al contado cerró en 1,315.51 dólares. Ambos metales registraron alzas debido a un debilitamiento del dólar.
Para ese entonces el paladio había prácticamente duplicado su valor en sólo siete meses. El lunes 13 de agosto de 2018 el metal cerró la jornada con un valor de 889.10 dólares.
Escándalo de motores diésel disparó el metal
Una historia en el sector automotriz se relaciona con el auge del paladio. En 2015, Volkswagen admitió haber utilizado software para manipular millones de vehículos con motor de diésel. El objetivo de la empresa era que superaran los fuertes controles medioambientales de Europa. El entonces presidente de la automotriz alemana, Martin Winterkorn, renunció.
De acuerdo con BBC News, las acusaciones de haber alterado motores se extendieron a otras compañías como Daimler y PSA Peugeot-Citroen, a las cuales las autoridades de países como Francia y Alemania abrieron investigaciones por posibles fraudes.
La imagen de los vehículos que funcionan con diésel se deterioró en Europa después del llamado “dieselgate”, mientras que las ventas de los que funcionan con gasolina se elevaron y fueron superiores a partir de 2017. Esta situación no ocurría desde 2009 y benefició al paladio por ser un componente esencial en los catalizadores de vehículos que funcionan con gasolina.
Demanda muy superior a la oferta
El segundo factor del encarecimiento del paladio es su baja oferta. Desde 2014, el nuevo rey de los metales se ha apreciado de manera progresiva y superó por primera vez la barrera de 800 dólares el 11 de abril, con un registro de 802.80 dólares por onza. Respecto a su cierre del viernes, el avance es de 571.30 dólares o 41.57 por ciento.
El día que el precio del paladio despegó por encima de 800 dólares, el del oro ya cotizaba en 1,318.47 dólares por onza, un nivel incluso mayor al que tiene en la actualidad. En un lustro su precio se ha movido 2.10% a la baja. Mientras que el oro ha sido acumulado por el ser humano durante gran parte de su historia, el paladio es un metal raro y su oferta es difícil de aumentar.
La disponibilidad del paladio en el mercado está condicionada, debido a que no es un metal puro, sino un derivado de dos metales provenientes de dos naciones: el níquel de Rusia y el platino de Sudáfrica. Ambos países se niegan a aumentar su producción debido a que entre más aumente la demanda, mayor será su precio y también subirán sus ganancias.
Esa es la razón por la que los expertos en commodities le auguran un gran futuro como activo de refugio e inversión a largo plazo. ¡Muerto el rey, viva el rey!