La mexicana aseguró que está enfocada en subir al podio durante los próximos Juegos Olímpicos
Tras ver los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 con su padre, Paola Espinosa se trazó el objetivo de ir a la justa y subir al podio. Lo cumplió.
Consolidada como la mejor clavadista mexicana de todos los tiempos con dos medallas olímpicas, tres mundiales, ocho títulos panamericanos y tres centroamericanos, la exigencia sigue siendo la misma para sus cuartos Juegos: ganar una medalla.
La campeona mundial en 2009 buscará su tercera presea olímpica en la plataforma individual y en la prueba de sincronizados, al lado de Alejandra Orozco, con quien ganó la plata en Londres 2012.
“Es algo que quiero lograr. Voy a pelear por la medalla porque es algo que deseo hacer por mí, para mi felicidad, por eso me quedé otro ciclo olímpico más. He aprendido a luchar y a cumplir mis sueños, metas y objetivos, y eso es lo que me ha enseñado el deporte”, mencionó Paola .
Espinosa vivirá esta experiencia sin la presencia de su padre, Marco, quien falleció en octubre de 2013, un golpe muy duro para la saltarina azteca.
“No hay otra persona a quien le pueda dedicar estos Juegos Olímpicos más que a mi papá, se lo merece. Él fue quien me enseñó el deporte, quien me inculcó el deporte, seguramente va a estar ahí, desde donde esté.
“Me encantaría poderme subir al podio y decirle ‘aquí está otra medalla más, ojalá me hayas podido ver’, y si no es así, estoy segura de que también se lo voy a dedicar. Ésta es una experiencia más que tenemos que vivir juntos”, expuso Espinosa.
La clavadista de 30 años de edad llega a Río 2016 tras una vida de esfuerzo, dedicación, trabajo, de sueños, metas, objetivos, tristezas, dolor y alegrías.
“Me llena de orgullo el poder ser parte de esa familia olímpica, el poder ser de esas dos mujeres que han tenido dos medallas en Juegos distintos.
“Me he esforzado cada día, porque estoy ocho horas diarias en la alberca tratando de hacer un clavado perfecto y tenía que llegar ese resultado. Sientes que todo tu esfuerzo ha valido la pena, te sientes una mujer que realmente puede alcanzar lo que quiera en cualquier cosa de la vida”, reconoció la medallista de bronce en Beijing 2008, junto a Tatiana Ortiz.