Mientras en América y algunas zonas de Europa se vive una segunda ola de coronavirus, o incluso todavía no salen del primer golpe de la pandemia, en China las autoridades de Pekín anunciaron el fin de la medida que obligaba a residentes a usar cubrebocas.
Pekín informó que se tomó la decisión luego de que se registraran 13 días consecutivos sin un solo nuevo caso de covid.
A pesar de las pautas relajadas, una gran proporción de la población seguía usando mascarillas en la capital el viernes. Algunos dijeron que los hacía sentir seguros, mientras que otros señalaron que las presiones sociales para tenerlas puestas también era un factor.
“Creo que puedo quitarme la mascarilla en cualquier momento, pero tendré que ver si otros lo aceptan. Porque temo que la gente se asuste si me ve sin ella», dijo una mujer de 24 años de apellido Cao, en diálogo con Reuters.
Esta es la segunda vez que las autoridades de salud de Pekín relajan las pautas sobre el uso de cubrebocas, en una ciudad que ha vuelto casi a la normalidad después de que dos rondas de medidas de confinamiento la paralizaron.
Los Centros Municipales para el Control de Enfermedades de Pekín dijeron por primera vez que los residentes podrían ir sin mascarillas en áreas al aire libre a fines de abril, aunque las reglas se revirtieron en junio tras un nuevo brote en un gran mercado mayorista en el sur de la ciudad.
China no ha informado nuevos casos de transmisión local durante cinco días tras controlar con éxito los brotes en la capital, en Xinjiang y otros lugares.
Expertos sostienen que la clave del éxito del país en el control de la enfermedad ha sido la aplicación estricta de las reglas locales, incluido el uso de mascarillas, la cuarentena domiciliaria obligatoria y la participación en pruebas masivas.
Las autoridades informaron 22 casos importados para el 20 de agosto y cerraron sus fronteras a la mayoría de los ciudadanos no chinos. El país ha reportado un total de 84.917 casos desde que comenzó el brote.