Planeación, elemento esencial en las administraciones

Caldero Político

La planeación gubernamental casi siempre se realiza en un ambiente de incertidumbre porque nadie puede saber con plena certeza cuáles serán los ambientes interno y externo -de incluso, la próxima semana y mucho menos de los años por venir-, por lo que los resultados pueden variar. Es decir, no se tiene bola de cristal para adivinar el futuro.

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En consecuencia, las administraciones tienen la obligación de elaborar pronósticos sobre las condiciones previsibles; algunos de estos pronósticos servirán como ‘supuestos’ para otros planes.

El término “estrategia” (derivado del vocablo griego strategos, que significa “general”) tiene muchos usos. Es la determinación del propósito o misión y de los objetivos básicos a largo plazo, así como la adopción de los cursos de acción y de la asignación de recursos necesarios para cumplirlos. Por lo tanto, los objetivos son parte de la formulación de la estrategia. Las políticas entonces  son enunciados o interpretaciones generales que orientan el pensamiento de los administradores en la toma de decisiones. Su propósito es asegurar que las decisiones no rebasen ciertos límites.

La esencia de las políticas es la discrecionalidad: las estrategias se refieren a la dirección en que se encauzarán recursos humanos y materiales a fin de acrecentar la posibilidad de cumplir los objetivos elegidos.

En síntesis: gobiernos sin táctica o estrategia, sin planeación, no se conciben en nuestros días. Por ello existen los planes nacionales, estatales y municipales de desarrollo que marcan pautas y rumbos, desfasados los puntos a veces por los incontables problemas financieros mundiales, recesiones, baja en el precio del petróleo,  vaivenes de las fluctuaciones bancarias y muchos temas más en una economía globalizada, que impactan en el suministro de recursos a las entidades.

El principio de estrategias y políticas es que cuanto más claras sean la comprensión de estrategias y políticas y su instrumentación en la práctica, tanto más consistente y efectiva será la estructura de los planes de una administración. La lucha contra la pobreza es un ejemplo, se trabaja pero pocos conocemos cómo y la forma, quizá es necesario socializar más ese rubro para que se comprenda.

Para ser efectivas, estrategias y políticas deben ponerse en práctica por medio de planes, tan minuciosos en sus detalles como lo exija la consideración de hasta los componentes más elementales de las operaciones. Claros y transparentes. Para poderlos ver. Las tácticas son los planes de acción para la ejecución de las estrategias y éstas deben apoyarse en tácticas efectivas.

De tal forma que los diversos insumos organizacionales (personas, capital, habilidades administrativas y técnicas, etc.),  son necesarios en el proceso.

Así, el propósito y los objetivos principales son los puntos finales hacia los que se dirigen las actividades de una administración; la intención estratégica es la determinación de triunfar en un entorno competitivo con otros municipios, otras entidades u otros países, las mediciones especializadas colocan a cada cual en su lugar.

Para el logro de las metas planteadas por cada administración es necesario auditar y evaluar el ambiente interno respecto de sus recursos, fortalezas y debilidades en investigación y desarrollo, producción, operaciones, adquisiciones, comercialización y, productos y servicios. Otros son los recursos humanos y financieros, así como la imagen de la institución, la estructura orgánica y clima de trabajo.

De tal forma, que en distintos periodos de tiempo las diversas estrategias deben evaluarse cuidadosamente antes de tomarse las decisiones estratégicas y medir los riesgos implicados.

A nivel estatal vemos acertado, tal como lo analizamos, que se instrumente  la reingeniería interna para la adecuada integración de personal y de las estructuras, para mejorar el desempeño general del gobierno.

Empero, la prueba de congruencias es esencial en todas las fases del proceso de planeación estratégica. La necesidad de elaborar planes de continencia se desprende de la imposibilidad de prever el futuro con un alto grado de certidumbre pero como la gente quiere resultados, hay que proporcionárselos.

Para ello es importante la identificación de las fortalezas y debilidades  así como de las oportunidades y amenazas presentes en las condiciones externas; lo que suele ignorarse es que la combinación de estos factores puede requerir de distintas decisiones estratégicas, aunadas a las ya aplicadas.

Revisar fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, es imperativo.

Veremos y diremos.

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