El agricultor dice que decidió vender el predio porque se trataba de una buena oferta
Dos meses después de que fue detenido Joaquín “El Chapo” Guzmán, su gente convenció al agricultor Calixto Estrada Carrillo de venderles en 1.5 millones de pesos el predio en el que terminaría el túnel por el que finalmente se fugó el capo.
“Respecto del terreno, quiero decir que esa tierra la adquirí junto con mis hermanos por compra que realizamos al señor Mario Torres, que en el mes de abril o mayo de 2014 se acercó por medio de un vecino una persona interesada en comprar el terreno de nombre Juan, quien a su vez me dijo que compraba a nombre de Francisco Ramírez León”, dice una declaración por escrito de Estrada, entregada el viernes a la SEIDO.
El agricultor dice que decidió vender el predio porque se trataba de una buena oferta.
Fue en mayo cuando se finiquitó la compra a Ramírez León, quien, según datos de la PGR, decía ser originario de Guanajuato.
El plan de fuga del narcotraficante fue echado a andar prácticamente desde el momento en que tuvo la certeza de que sería internado en el penal federal del Altiplano.
Conforme a fuentes federales, en sus primeras entrevistas tras ser capturado en Mazatlán, el 22 de febrero de 2014, el capo mostró un especial interés en saber dos cosas: cómo se encontraba su familia y el penal al que iba a ser internado.
Los ingenieros contratados por Guzmán empezaron a trabajar desde hace 14 meses en la construcción del túnel y las obras no llamaron la atención de los vigilantes del penal ni fueron advertidas por los sistemas perimetrales de detección de sonido, movimiento y calor.
Personal investigador señaló que la arena extraída del subsuelo en principio fue reutilizada para abrir un camino y luego para rellenar un amplio perímetro cuadrado dentro del cual se encuentran la casa y la bodega.
En el cuadro donde se ubica la construcción, los depósitos de arena hicieron que el nivel del piso subiera unos cuantos centímetros, una maniobra que también les permitió a los constructores del túnel evitar el uso cotidiano de camiones de volteo.
Las obras pasaron inadvertidas para los vigilantes del penal ni fueron advertidas por sistemas de detección de sonido, movimiento y calor del penal.