María del Rocío Hurtado no pudo ni dormir por los nervios de regresar a clases. A las 6:15 en punto ya estaba de pie aunque debía entrar a su aula virtual hasta las 10 de la mañana. La maestra con 30 años de servicio vivió ayer el inicio de clases más sorprendente de toda su carrera como docente con su nuevo grupo de sexto grado.
“Estaba todo planeado, desde hace dos semanas formé dos grupos, uno con los padres de familia y otro con los alumnos, y pues siempre los inicios de clases traen cosas diferentes, pero este fue totalmente inesperado. Desde de la 7:20 mis alumnos comenzaron a mandarme mensajes de que ya se querían conectar, pero la sesión la programé para las 10 de la mañana y justamente a las 10 la plataforma que iba a usar Zoom no quiso, no quiso por más que le buscaba; pensé ‘es mi computadora, es mi teléfono’, y dije ‘no puede ser que algo esté fallando’”, contó.
Acostumbrada a lidiar con los imprevistos, la maestra programó una nueva reunión en la plataforma Jitsi Meet. 24 de sus 27 alumnos se conectaron.
“Me puse un poco nerviosa por la primera falla, pero después otro inconveniente, no se podía compartir nada de lo que había preparado, hice imágenes en 3D, no las podían ver mis alumnos, un video que no pudieron escuchar, pero me dije ‘calma, no pasa nada, mi trabajo como docente tiene muchos obstáculos y después de 30 siempre es emocionante tratar de resolverlo todo’”, relató.
Una vez superados los obstáculos en el primer día de clases de esta maestra en Tampico, Tamaulipas, inició una dinámica en la que les pidió a sus alumnos pararse de sus asientos para buscar diversos objetos, y presentárselos ante la pantalla de sus dispositivos electrónicos. Les pidió un vaso, un plato y algunos otros artículos.
“Al final les dije vayan a su cocina, a su refrigerador y traigan alguna fruta, alguna verdura, un postre, lo que más les guste y cuando todos teníamos ya algo, les dije vamos a comérnoslo y se relajaron mucho y estuvieron muy alegres, así terminó la clase”, comentó.
A 455 kilómetros de distancia en la Ciudad de México, Santiago, un chiquito de 6 años que pasó a segundo de primaria con un promedio de 9.9, también estaba muy contento de regresar a clases.
“Feliz, muy feliz, extrañaba tener mis clases y ya tengo la oportunidad de seguir en ellas. Me gustó mucho conocer a nuevas miss y nuevos compañeros”, expresó.
Para Angélica, su mamá, sin embargo, fue todo un reto este regreso a clases.
“Fue necesario instalar muchas aplicaciones en la computadora, muchas de ellas ni las conocía, tuve que ser autodidacta y aprender a usarlas y luego un asunto que pasó durante la clase de inglés en la mañana fue que de repente Santi, mi hijo, me gritó que se había cerrado la aplicación, me dijo ‘mamá, me sacó’. Entonces corrí a auxiliarlo y me di cuenta que en efecto lo había sacado de la clase en línea, yo no sabía que se había caído Zoom y que esto había pasado en varios países, después volví a meter la clave y me dejó entrar”, explicó.
Para Nancy, otra mamá, en el retorno virtual a las aulas, los papás también deben aprender.
“Tenemos muchas dudas sobre cómo poder apoyar o cómo poder sustentar el trabajo de nuestros hijos en casa, pero la buena voluntad y las ganas de aprender aquí están porque no queremos que nuestros hijos se queden atrás”, confesó.
Elsa, su hija de 13 años, tuvo un tranquilo primer día de clases en segundo de secundaria pues sólo repasó lo del ciclo anterior.
“No fueron clases como tal, fueron repasos de unas clases que ya nos habían dado antes en Aprende en Casa I; sí entendí bien los temas, pero decían que anotaras y lo único que no sabía era si anotar todo porque lo tenía de los apuntes de la vez pasada”, manifestó.
Y es que el programa Aprende en Casa II contempla tres semanas de curso remedial en los que se transmitirán los programas de Aprende en Casa l.
“Estamos enfrentándonos a este nuevo reto de tomar clases a distancia, una de las dificultades principales es la tecnología que dependemos de internet para poder investigar y también vamos a ocupar la televisión para poder aprender, uno de los retos principales va a ser el tiempo que como padres le dediquemos al estudio de nuestros hijos, revisar qué están haciendo y ayudarlos a aprender”, consideró Onofre, papá de Valeria, una niña de 12 que inició primero de secundaria.
Pero hubo también a quienes no les gustó tanto el regreso a clases como a Álvaro Rubén, en Guadalajara, quien comenzó a cursar su último grado de secundaria.
“Las clases en línea la verdad es que casi no me gustan porque no puedo convivir con mis amigos, no los puedo ver y la comunicación con los maestros se dificulta”, aseveró.
A Iktan de 7 años en segundo de primaria le preocupa no poder resolver las dudas con su maestra como lo haría en una clase presencial levantando la mano para preguntar.
“Claro que mi mamá me puso un escritorio como si fuera una escuela y también me puede ayudar, pero no es igual que con la maestra”, comparó.
Para otros alumnos como Joab, en Hidalgo los problemas son más serios. La falta de internet y de señal de televisión le impidió seguir sus clases en línea.
“Curso sexto año de primaria y a verdad no puedo tomar clases por internet ni por televisión. Siento feo por la contingencia, no podré ver ni conocer a nuevos compañeros ya que este año era el último en la primaria y quería que fuera de lo mejor. Me preocupa no poder llegar con buenos conocimientos a las secun”, escribió.
Piden garantizar equidad
Tras la emergencia sanitaria por covid-19, el principal el reto en materia educativa será garantizar la equidad.
En medio del inédito regreso a clases en línea, expertos en educación plantearon que la preocupación más grande en estos momentos se encuentra en los niños más vulnerables que probablemente no podrán establecer conexión con sus maestros ni seguir las clases de manera virtual y eventualmente abandonarán la escuela.
“El problema no está tanto en la programación o en lo que se vea, sino en la relación entre los maestros y los alumnos que va a ser muy complicado, sobre todo como se ha documentado en áreas paupérrimas, abandonadas donde no hay conexión o es muy débil, o incluso en las ciudades donde hay un solo aparato de televisión, donde hay dos o tres niños en la escuela en una misma casa que compiten por los horarios, y ya con la apertura de la economía, los papás no están en casa para vigilar que estén en lo que se supone que deben de estar”, explicó Carlos Ornelas, doctor en Educación.
Al respecto, Alejandro Enríquez, director de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de La Salle, señaló que la preocupación más importante debe estar en atender a los niños y niñas que no tendrán posibilidades de continuar.