¿Qué nos está queriendo decir la naturaleza con tanta catástrofe medioambiental?

Solo en Barcelona los gastos de reparación ascienden a 12 millones de euros. Un gasto absurdo que quizá va siendo hora de no asumir

Cuando todavía estábamos recuperándonos de los incendios de Australia y de las horribles de imágenes de millones de animales calcinados, la borrasca ‘Gloria’ arrasó con el litoral Mediterráneo. Lluvias torrenciales, olas gigantes y vientos huracanados que se saldaron con 13 muertos, daños materiales valorados en millones de euros y una destrucción de infraestructuras de difícil recuperación. El temporal ya ha pasado y ahora toca mirar adelante: ¿qué hacemos con toda esta devastación?

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La respuesta obvia parece reconstruir los daños y seguir como si no hubiera pasado nada. Al fin y al cabo, es lo que se ha hecho en otras ocasiones. Pero quizá no es la correcta. El Gobierno ha decretado que estamos en crisis climática, y este temporal extremo es la prueba. Más nos vale irnos acostumbrando a borrascas como ‘Gloria’ porque se van a repetir en cualquier momento. Pero es lo que pasa cuando nos cargamos el planeta y nadie hace nada.

Ante esta situación el alcalde del pueblo Bellreguard, Àlex Ruiz, se preguntó si era hora de escuchar a la naturaleza y no reconstruir el paseo marítimo. Que el mar recupere lo que está reivindicando: “que se den soluciones, si no definitivas, sí con sensatez, de revertir los paseos marítimos, de devolver a la naturaleza lo que es suyo y de no malgastar millonadas cíclicamente tragadas por el mar, como en Bellreguard. Glòria nos ha abierto el debate: ¿Qué hacemos?».

El Colegio Oficial de Geólogos responde en eldiario.es asegurando que es lo que toca: deconstruir el litoral y dejar que las playas vuelvan a su estado natural (un proceso que será muy largo porque los ríos no tienen sedimentos con tantas presas en su cauce, que los retienen). Aun así, lo recomendable es, allí donde sea posible, mover las ciudades unos metros hacia atrás y dejar playas amplias, la mejor protección contra temporales.

Precisamente, si no tenemos amplias playas y estamos a la merced del temporal es porque está todo urbanizado. Por ejemplo, en la Comunidad valenciana un 75% de todo su litoral está edificado. Aunque con las renovaciones de la Ley de costas se han intentado corregir los pelotazos urbanísticos ilegales que llevan haciéndose desde los 60, todavía queda mucho por hacer para revertir esta destrucción urbanística.

Como añade el Colegio Oficial de Geólogos, España gasta 10 millones al año en rellenar playas con una arena destinada a perderse, ya que se tira al mar. Los ríos no traen sedimentos, entonces no hay renovación natural de playas, por lo que son nuestros camiones cargados de arena los que llevan a cabo esta tarea para disfrutar de la playita cada verano, lo cual es carísimo anualmente. Si a eso le sumas que los nuevos temporales, repetimos, van a ser cada vez más frecuentes, tenemos un gasto de dinero absurdo que se da porque, simplemente, hemos construido donde no toca.

Se prevé que esta cantidad de 10 millones para rellenar las playas suba en 2020: como informa La Vanguardia, las playas han perdido un 30% de media de arena en todo el litoral. Además, se le tiene que sumar a este dinero lo que costará la reparación de los paseos, una cantidad desorbitada que, para poner en contexto, solo en la ciudad de Barcelona se eleva ya sobre los 12 millones de euros. A esta cantidad se tiene que sumar el resto de municipios de Cataluña, Valencia y Baleares que han sido afectados por ‘Gloria’.

Es decir, un pastizal absurdo que podría usarse para mejorar la calidad de servicios públicos, pero que se irá a recomponer zonas de playa edificadas que no deberían estarlo y que el mar no va a cesar de reclamar como suyas. Y todo para que podamos seguir teniendo este estilo de vida tan guay y tan mediterráneo.

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