El ex presidente guatemalteco Otto Pérez Molina aseguró que rechazó un soborno de Joaquín “El Chapo” Guzmán cuando lideró la captura del famoso narcotraficante mexicano en la década de 1990, esgrimiendo la anécdota como ejemplo de su probidad en la audiencia que se le seguía por corrupción.
Pérez Molina, un general retirado de 64 años, renunció esta semana tras ser acusado por la Fiscalía y una comisión internacional respaldada por la ONU de dirigir La Línea, una mafia que recibía sobornos de los empresarios para evadir impuestos en las aduanas del país centroamericano.
“El Chapo fue capturado aquí la otra vez por un operativo que yo personalmente dirigí”, recordó el ex mandatario al juez.
“Lo quiero traer a colación porque usted se imagina lo que hizo El Chapo en el momento que lo capturamos: lo primero que hizo fue negociar”, agregó sobre la operación en 1993 que comandó como coronel para apresar al criminal, que hace unos meses volvió a escapar de una prisión mexicana y está prófugo.
Hasta el momento, las investigaciones han presentado pruebas que demostrarían que La Línea recaudó al menos unos 3.7 millones de dólares. El 50 por ciento de ese monto habría ido para la cúpula supuestamente integrada por Pérez Molina y su ex vicepresidenta Roxana Baldetti, que está en prisión preventiva.
“El ofrecimiento que tuvimos en la captura podía subir 10 o 15 veces más de lo que ahora me señalan a mí y no lo hice porque va contra mis principios”, aseguró el ex mandatario, que se veía cansado y ojeroso tras varias horas de sesión.
Pérez Molina se declaró inocente de todos los cargos, dijo que las pruebas en su contra son débiles y que había “mala intención” de la fiscalía, en su descargo durante el segundo día de comparecencia ante un juez que debe decidir si hay suficiente evidencia para llevarlo a juicio.