En 1994 fue transferido al club donde se consolidó como futbolista profesional, junto a Martín ‘Pulpo’ Zúñiga, Joel Sánchez, Gustavo Nápoles, Paulo César ‘Tilón’ Chávez, Alberto Coyote, entre muchos que fueron pieza fundamental en la obtención del título del Verano 1997 por parte de los rojiblancos.
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Fue un 5 de diciembre de 1969 cuando nacía uno de los mejores mediocampistas que ha tenido Chivas y en especial el futbol mexicano. Veía por primera vez la luz del día Jesús Ramón Ramírez Ceceña en la ciudad de Tepic, Nayarit.
Su vida futbolística la vivió al lado de su hermano Nicolás; Ramón comenzó su carrera en Coras Tepic a finales de la década de los 80’s y posteriormente debutaría con el Santos Laguna en el año de 1990.
Fue después del mundial de Estados Unidos 1994 que Ramírez sería transferido al club donde prácticamente se consolidó como futbolista profesional. Las Chivas Rayadas del Guadalajara, teniendo una gran aceptación por parte de la fanaticada en los primeros partidos, y junto a jugadores como Martín ‘Pulpo’ Zúñiga, Joel Sánchez, Gustavo Nápoles, Paulo César ‘Tilón’ Chávez, Alberto Coyote, entre otrosm fue un jugador clave en la obtención del título del Verano de 1997 por parte de los rojiblancos.
Anticipaciones en las jugadas, gran movilidad, excelente recuperación de pelotas, gran golpeo de pierza izquierda eran las cualidades de Ramírez.
Sus cualidades mostradas hicieron que Ramón Ramírez fuera convocado a su segundo mundial, Francia 1998, mostrando un excelente nivel en la justa mundialista.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas ni para Ramón, ni para la afición del ‘chiverío’, ya que debido a fuertes problemas económicos, Salvador Martínez Garza, presidente del club en aquel entonces, decidió vender a Ramírez al rival más odiado, las ‘águilas’ del América, movimiento que provocaría la furia de los aficionados rojiblancos que buscaban una seria explicación sobre la venta del quizás jugador más valioso del equipo en aquellos años.
Luego de su fugaz paso por el club azulcrema y posteriormente por los Tigres de la UANL, así como un escándalo automovilístico en el que se vio envuelto en el año 2000, Ramírez regresó al ‘rebaño’ para el torneo Verano 2002, la directiva le asignó el dorsal 58, debido a que el 7 que solía usar en todos sus equipos estaba ocupado por uno de sus compañeros de la décima estrella del Guadalajara, el delantero Gustavo ‘Gusano’ Nápoles.
La fanaticada rojiblanca se deshizo en elogios para el jugador nayarita, volvía a ver a uno de sus máximos referentes e ídolos, haciendo pareja en el sector izquierdo con otra leyenda rojiblanca como lo fue Ramón Morales. Para el torneo apertura 2002 Ramón tomó nuevamente su adorado dorsal 7, teniendo buenas actuaciones y siendo su mejor torneo el Clausura 2004, donde fue vital en el partido de semifinal en contra de Toluca, en el que luego de recuperar el balón a las afueras del círculo central, Chivas generó un contragolpe al recibir el balón por el sector izquierdo Ramón Morales, éste fue quien corrió unos metros para posteriormente filtrar el esférico a Ramón Ramírez quien de zurda venció a Hernán Cristante y con ese gol definía el partido que daba el pase al Guadalajara a la gran final de ese torneo, misma que perdería en penales con los Pumas de la UNAM días después.
Para el año 2004, la directiva encabezada por Jorge Vergara, anunció la adquisición de una franquicia de expansión en la Major League Soccer (MLS) del fútbol estadounidense, de manera que Ramírez fue mandado junto a Martín ‘Pulpo’ Zúñiga, Isaac Romo, Héctor Cuadros, Alfonso Loera, Armando Begines y Francisco Mendoza a Chivas USA, con la finalidad de dar promoción y aumentar el interés en el ‘rebaño angelino’, siendo artífice un par de años junto a Claudio Suárez, Juan Pablo García y Francisco Palencia.
Para la temporada 2007 anunció su retiro de las canchas, luego de una lesión que lo marginó por mucho tiempo. Ramón es recordado por la afición chiva, como uno de los mejores mediocampistas en su historia, mismo nombramiento que le da un sector mayoritario de los admiradores que lo vieron jugar.