Véritas Liberabit Vos
Esta es solo una de los posibles escenarios que se plantean inherentes a la situación que se vive en España dentro del movimiento catalán que busca su independencia y que el pasado 27 de octubre llegara a un punto crítico cuando el Congreso de Cataluña aprobó la declaratoria unilateral de independencia (DUI) y el gobierno español de Mariano Rajoy respondió a la misma con la aplicación del artículo 155 de la Constitución que anula la Generalitat o gobierno catalán, y disuelve el parlamento; situación que deja un empantanamiento en las que podrían haber sido unas negociaciones diplomáticas presentando así un escenario de consecuencias desconocidas.
El intento independentista de esa región ibérica no es nueva, sus orígenes datan del siglo XIV donde se daba el mayor esplendor de Cataluña y la preponderancia de la mítica ciudad de Barcelona embellecida por su célebre Barrio Gótico, El Borne, La Catedral del Mar, y la Generalitat o gobierno catalán que representó capitularmente a los condados catalanes integrados en la Corona de Aragón, su poderío fue neutralizado en el Siglo XV con la unión de los reinos de Castilla y Aragón por parte de los Reyes Católicos Isabel y Fernando que consolidaron la corona española.
Ya en el Siglo XVIII el Rey Carlos II murió sin descendencia lo que desató una guerra entre dos dinastías los Habsburgo y los Borbones, Francia apoyó a estos últimos que a la postre fueron triunfadores, siendo la región de Cataluña la que se opuso apoyando a los austriacos que antes reinaban en España, y así llegamos a una fecha clave que es parte aguas en la histórica lucha por la independencia; 11 de septiembre de 1714, Felipe V de España entra en Barcelona venciendo a los catalanes, suprimiendo el gobierno de la Generalitat e imponiendo un sistema centralizado ocupando Madrid la capital central de toda España.
Es curioso ver como el día 11 de septiembre se repite en tres acontecimientos por demás ilustrativos de consecuencias bélicas, si nos vamos por orden cronológico tendríamos el mencionado anteriormente en 1714, posterior a ello el golpe de estado en Chile por las fuerzas de Augusto Pinochet y la caída de Salvador Allende en 1973 y la más actual en 2001 con el ataque a las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York perpetrado por las huestes de Osama Bin Laden,
Ya a finales Siglo XIX en la germinación ideológica de los nacionalismos, Cataluña reivindica su identidad, estableciendo como lengua oficial el “catalán”, se retoma un vocablo antiguo Renaixenca que representa el resurgir del sentimiento autónomo derivando la base del catalanismo con su bandera, himno, un gobierno de ideas republicanas y no centrales proclamando el 14 de abril de 1931 la República Catalana dentro del período comprendido en la Segunda República Española, de paso efímero al llegar la Guerra Civil y posteriormente el franquismo que de 1939 a 1975 impidió cualquier intento o movimiento con estos fines.
Importante contribución a este espíritu catalán fue en esos años de la Renaixenca la obra del más preclaro artista catalán de todos los tiempos, me refiero al genio de Antonio Gaudí cuya magia e ingenio se adelantó a las técnicas más sublimes dejando una obra maravillosa dentro de la ciudad de Barcelona como es el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, la Casa Batilló, La Casa Calvet, la Milá, el Parque Gruell, por mencionar algunas que impregnaron un estilo propio del catalán que se amalgamó aún con la figura más contemporánea de su paisano el pintor Salvador Dalí y dio vida a ese espíritu interno, que se fundió en el alma de esa región.
Posterior al franquismo y a la implementación del sistema republicano central solo el intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 por el coronel Antonio Tejero, puede ser de trascendencia tal como lo representa ya esta encrucijada de independencia que hoy se vive en España, movimiento que fue retomado en el año 2010 cuando el Partido Popular anuló el estatuto de autonomía catalana votado 4 años antes durante el gobierno del Partido Obrero Socialista, lo que fue considerado como una muestra de autoridad por parte de Madrid al no reconocerle a Cataluña la gran aportación que en materia económica y de desarrollo brinda a la Nación, los números no mienten, esta región aparte de representar el 16% de la población española, genera un 19% de la producción del (PIB) y su población goza de una riqueza per cápita superior a la media de España.
EL liderazgo del Presidente catalán Puigdemont enfrentado al gobierno central de Rajoy ha desencadenado lo que en este último semestre del 2017 hemos vivido y que tuvo su último episodio el pasado viernes 27 de octubre cuando se dieron las dos determinaciones una la declaratoria unilateral de la Nueva República Catalana y la otra la aplicación drástica del Acuerdo Constitucional 155 que destituyen a Puigdemont, a los 13 consejeros o ministros; con una Generalitat existente pero coordinadas desde el centro, esperando unos comicios para el 21 de diciembre.
La situación no es nada fácil en estos intentos de separación muy a pesar de los sueños e ideales de siglos atrás, considero que en estos momentos el pensar en una independencia sin los consensos internos y sin los apoyos de las potencias fundamentales dentro de la Geopolítica mundial, es comprar un problema de consecuencias extremas, la estructura del mundo ya es otra.