Reordenamientos geopolíticos

Véritas Liberabit Vos

Tal como lo dice una clásica frase que se aplica inadmisiblemente en el devenir histórico de nuestro orbe y que al calce expresa  que “En la política no hay vacíos”  así es como se puede analizar la postura que ante el conflicto de Siria está tomando el gobierno de Vladimir Putin, dejando en claro una actitud ya formal de Rusia que ha tomado este conflicto para marcar una posición puntual y concreta ante los Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Publicidad

La decisión de bombardear al Estado Islámico en franca oposición a la postura norteamericana es un claro mensaje de que Rusia ha movido ya sus fichas en el tablero geopolítico mundial y no está dispuesta a dejar solamente que su otrora rival controle sus piezas libremente, fueron años después de la caída de la Unión Soviética donde el mandamás del Nuevo Orden Mundial fue el titular de la casa oval de Washington, sucediéndose cronológicamente acontecimientos como fueron la Guerra del Golfo en 1991 donde la llamada tormenta del desierto acalló por primera vez los intentos rebeldes de Saddam Hussein, posteriormente a los atentados del once de septiembre las invasiones en el 2001 de Afganistán y posteriormente la guerra con Irak, en ambas intervenciones culminando con la caída y ejecución de las cabezas líderes de cada movimiento, lo mismo que sucedió con la llamada Primavera Árabe que despertó en 2010 el sentido nacionalista de aquellas regiones del continente, viniéndose en cascada los acontecimientos de Túnez y principalmente Egipto y Libia, coincidiendo como en los casos anteriores con el derrocamiento de Hosni Mubarak y Muamar Gadafi poderosos líderes que marcaban posición, poder e influencia en la política de Asia y el norte de África, así la gran potencia se movía libremente en lugares donde en antaño era impensable que lo pudiera hacer con tal agilidad.

En todos estos casos, Rusia tomo el lugar de un mero espectador situación muy diferente a lo que ocurría posterior a la Segunda Guerra Mundial en que el mundo era controlado por los dos grandes polos de poder inmersos en una guerra fría donde a cada lado del tablero estaban cual partida estratégica La Unión Soviética y Los Estados Unidos moviendo cada uno a sus alfiles, peones y caballos para defender y proteger a su más preciado tesoro, ahora con  el caso de Siria, la situación ya es diferente, Rusia con Putin a la cabeza, ha reclamado un papel protagónico en las consecuencias de esta guerra que inició desde el año de 2012 donde el desarrollo de la misma está teniendo implicaciones que inciden ya en los interés propios de Rusia.

Recordemos que Siria en el papel es un aliado de Rusia, se sabe que en tierras sirias existen sedes navales rusas con frente al Mediterráneo, que el desbordamiento del Estado Islámico que asola a más de la mitad de la población siria, y que ya ha avanzado a territorios iraquíes, está ya cerca de las fronteras del sur de Rusia, y es una amenaza inminente para los interés y la estabilidad de la anterior Unión Soviética, razón por la cual Putin ha retomado la bandera del nacionalismo y después de un cuarto de siglo ha marcado la ruta de una nueva posición de política mundial, haciéndose escuchar de nuevo en un concierto donde se tenía un solo intérprete con el ritmo y tono de las barras y las estrellas.

Es muy temprano para poder hacer un análisis más exhaustivo de si solo es una respuesta individual por tratarse de un hecho de un país aliado y que las consecuencias afecten su territorio, o de si ya representa un despertar a llenar un vacío que se había ocupado por una gran cantidad de años, pero que por las mismas razones de enarbolar un régimen totalitario y cruel se desvaneció en aquel otoño de 1989 ante los reacomodos geopolíticos de cara al siglo XXI, donde la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia tuvo que reconocer que no tenía otra salida más.

Por el momento las señales enviadas por Putin ponen al mundo occidental en alerta, el bombardeo a las posiciones del Estado Islámico en una decisión unilateral así como el apoyo total al Presidente sirio al-Asad en franca oposición a la postura Norteamericana, es un llamado ya no cifrado sino directo hacia las entrañas del gobierno de Obama, muy al estilo a las acciones de sus predecesores del Kremlin como lo fueron los tiempos estalinianos o los de Krushev o Breshnev, no ¿será que en este tercer lustro de nuestro siglo estaremos llegando a un nuevo reordenamiento de poderes?, o solamente será un intento personalista y soberbio con marcado tinte para afianzar popularidad y credibilidad de los moscovitas?, los hechos nos responderán estos cuestionamientos, pero mientras el avance de las huestes del Estado Islámico no cesan en su violencia y el conflicto se agrava.

Publicidad