Ricky Martin le puso sabor a Nuestra Belleza Latina (Univisión)
El cantante puertorriqueño les aconsejó que disfruten el momento y no pierden su enfoque y disciplina. Para la dominicana Clarissa Molina, el solo hecho de poder bailar junto a Ricky Martin, su ídolo de la niñez, fue un triunfo. “Fue lo máximo. Lo admiro desde chiquita”, confiesa la joven de 23 años.
Molina es una de las 12 finalistas que recibieron la codiciada llave para vivir en la mansión de NBL. Allí convivirá con las mexicanas Gloricely Loug, Anayeli De Santiago, Mariana Torres, Cynthia Pérez y Bridget Ruiz, la cubana Lisandra Silva, la hondureña Nathalia Casco, las puertorriqueñas Catherine Castro y Nadyalee Torres, además de las dominicanas Francisca Lachapelle y Geisha Montesdeoca.
Aunque contestaron mejor que algunas de las aspirantes a Miss Universo de este año, de todas maneras corrió sangre durante la ronda de preguntas de los jueces, ya que Osmel Sousa, Jacqueline Bracamontes y Jomari Goyso las pusieron a prueba. Muchas de las eliminadas no solo demostraron que necesitan instruirse en historia y geografía, también requieren un tutor para deletrear palabras sencillas en español.
La ronda de retos para escoger a las 12 aspirantes a la corona contó con un sketch de actuación junto al galán argentino Julián Gil, quien no tuvo reparo en decir que la sensual cubana Lisandra “tiene el mejor cuerpo de la competencia”. También tuvieron que demostrar su carisma en pasarela en una coreografía estilo Broadway junto a la actriz puertorriqueña Zuleyka Rivera y en un casting como animadoras con el presentador mexicano Carlos Calderón.
¿Quiénes son las 12 finalistas? Chicas luchadoras que detrás de las lentejuelas, las pestañas postizas y piel bronceada tienen historias de sacrificio y lágrimas. Tal es el caso de la mexicana Bridget, de 23 años, quien sufrió la pérdida de su madre tras una fallida operación cardíaca y tuvo que tomar la difícil decisión de desconectarla de la máquina que la mantenía con vida.
“Se me hacía imposible continuar la vida”, recuerda ella sobre ese difícil momento a sus 18 años. Su ambición de convertirse en una presentadora de televisión la trajo a este certamen.
Su compatriota Mariana, de 21 años y quien vive en Ciudad Juárez, sufrió un gran trauma cuando su prima Sandra fue asesinada en un club nocturno durante una pelea entre carteles de la droga en esa ciudad mexicana, donde miles de mujeres han desaparecido desde principios de los años noventa. “Eso me ha dado la fuerza para estar aquí”, cuenta Torres. “Me hizo cambiar la forma de ver el mundo”.
Lisandra, la cubana de 27 años, no se queda atrás. Aunque trabajó en Italia como modelo, en el año que estuvo en Miami esperando su tarjeta de residencia tuvo que barrer calles y limpiar baños para sostenerse. Confiesa que a veces solo tenía agua fría en el refrigerador.