La iniciativa de ley favorecería a quienes hablan inglés, tienen ofertas laborales con salarios altos, pueden mantenerse financieramente y tienen destrezas que contribuirían a la economía de Estados Unidos
El presidente Donald Trump apoyó el miércoles el proyecto de ley de dos senadores republicanos que impondría nuevos límites a la inmigración legal y trataría de crear un sistema basado más en mérito y habilidades que en lazos familiares.
La iniciativa favorecería a quienes hablan inglés, tienen ofertas laborales con salarios altos, pueden mantenerse financieramente a sí mismos y tienen destrezas que contribuirían a la economía estadunidense. En el 2015 se emitieron un poco más de un millón de tarjetas verdes.
Trump respaldó la propuesta de los senadores republicanos David Perdue, de Georgia, y Tom Cotton, de Arkansas, que hasta ahora ha tenido poca repercusión en el Senado. Trump anunció su apoyo en la Casa Blanca, acompañado de ambos senadores. El mandatario agregó que, de ser aprobada, sería “la reforma más significativa al sistema de inmigración en medio siglo”.
La lucha contra la inmigración ilegal es una de las características sobresalientes del gobierno de Trump, que ha intentado cancelar los subsidios federales a las ciudades que se niegan a colaborar con el gobierno en la detención y deportación de los inmigrantes que están en el país sin autorización.
Pero también ha prometido enmendar el sistema de inmigración legal con el argumento de que los inmigrantes compiten con los estadunidenses por los trabajos y deprimen los salarios.
La mayoría de los economistas discrepan con el argumento del presidente, y señalan que la inmigración de décadas recientes aparentemente no ha deprimido salarios a largo plazo. El aumento de la inmigración también está asociado con el rápido crecimiento económico porque el país está sumando más trabajadores, así que restringir la cantidad de inmigrantes podría aminorar el potencial de expansión de la economía.
Quienes apoyan la ley, entre tanto, dicen que ésta haría al país más competitivo, aumentaría los salarios y crearía trabajos.
La iniciativa de Perdue y Cotton reemplazaría el actual proceso para obtener residencia permanente legal, o tarjeta verde, creando un sistema de puntos basado en las destrezas de los solicitantes a fin de darles visas de trabajo. La medida también eliminaría la preferencia para los familiares adultos y familia extendida de los residentes estadounidenses, a la vez que mantendría la prioridad para las parejas e hijos menores de los solicitantes.
La iniciativa también intentaría recortar la cantidad de refugiados a la mitad y eliminar un programa que ofrece visas a países con bajos índices de inmigración.
Cotton dijo a la prensa que el proyecto duplicaría el número de residencias permanentes disponibles para trabajadores altamente calificados y no afectaría otros programas para trabajadores altamente o poco calificados, como las visas de los programas H1-B y H2-B. La Organización Trump ha solicitado decenas devisas H2-B para trabajadores extranjeros para los clubes privados de Trump, como Mar-a-Lago en Florida.
La Casa Blanca dijo que apenas uno de cada 15 inmigrantes llega a Estados Unidos debido a su calificación, y que el sistema actual no da prioridad a los altamente calificados.
Pero el Senado ha dado poca atención a la medida. Ningún otro senador la ha suscrito como copatrocinador. Los líderes del Partido Republicano no se han mostrado inclinados a votar sobre inmigración este año, y los demócratas desestimaron la propuesta rápidamente.
“En esencia, se trata de recortar la inmigración en medio millón de personas, inmigración legal, no tiene mucho sentido”, dijo el líder de la bancada minoritaria del Senado, el demócrata Charles Schumer, representante de Nueva York, que calificó la propuesta como “no viable”.