El sistema nervioso da forma a nuestros movimientos con el objetivo de ahorrar energía, es decir, que los humanos estamos programados para la pereza.

Según un estudio realizado por un grupo de investigadores canadienses, el ser perezoso es algo que traemos de naturaleza y con ello, ahorramos energía para que el sistema nervioso realice el menor esfuerzo.

Max Donelan, de la Universidad Simon Fraser, en Canadá, afirma que «esto es completamente coherente con el hecho de que la mayoría de nosotros prefiere hacer las cosas con el mínimo esfuerzo, como cuando elegimos el camino más corto u optamos por sentarnos en lugar a estar de pie». Además, sugiere que «el sistema nervioso controla inconscientemente el uso de energía y de forma continua reoptimiza los patrones de movimiento en una búsqueda constante de avanzar con el menor gasto posible».

Según los investigadores, el sistema nervioso da forma a nuestros movimientos con el objetivo de ahorrar energía, es decir, que los humanos estamos programados para la pereza.

En el experimento se les pidió a los participantes que caminaran mientras portaban un exoesqueleto robótico. Los científicos dificultaron de esa forma su flexibilidad para doblar las piernas introduciendo una resistencia en la rodilla que retiraban en determinados momentos para observar las reacciones del cuerpo. Y comprobaron que los individuos adaptan la frecuencia de su marcha cuando les ‘bloquean’ el dispositivo en la rodilla para gastar menos energía.