Subastarán cola de dinosaurio para reconstruir escuelas

La extremidad es del espécimen Atlasaurus imelakei y llegó desde Marruecos a México; el precio de salida será de 1.8 millones de pesos

En México la solidaridad puede tomar forma de dinosaurio.

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Esta noche será subastada una cola de saurópodo para financiar un proyecto de reconstrucción de miles de escuelas dañadas por los terremotos de septiembre de 2017.

La extremidad es de un espécimen Atlasaurus imelakei y llegó desde Marruecos a México donde será ofrecida a un precio de salida de 1.8 millones de pesos(unos 95 mil dólares), según Morton Casa de Subastas, que organiza el evento.

Lo que se logre recaudar por encima del precio de salida será destinado a la Fundación BBVA Bancomer para atender a más de 5 mil colegios.

El aporte se sumará a los 180 millones de pesos (9.5 millones de dólares) que el banco dijo que donó en 2017 para la reconstrucción de colegios en los seis estados que sufrieron la mayor afectación, donde muchas de ellos se han tenido que levantar desde cero.

“La educación es un elemento de enorme importancia para el país, un elemento de movilidad social, por ello apoyamos la reconstrucción de escuelas”, dijo el jefe de gabinete de la presidencia de la fundación BBVA Bancomer, Adolfo Albo.

“Nos gustaría que el excedente sea muy importante”, agregó en el edificio del banco, en Ciudad de México, donde se exhibe la pieza de casi el triple del tamaño de una persona promedio.

En septiembre del año pasado, dos fuertes sismos -uno con epicentro en Chiapas y otro en Puebla- dejaron alrededor de 480 fallecidos y millonarios daños a la infraestructura, incluidas 5 mil 92 escuelas afectadas, según cifras oficiales.

El ganador de la puja deberá tener en cuenta los cuatro metros de largo y 180 kilogramos de la cola; un tamaño considerable pero apenas una ínfima parte de los 17 metros de largo y 22 toneladas que tenía el saurio cuando paseaba por la cordillera del Atlas, en Marruecos, hace 165 millones de años.

Paleontólogos marroquíes tardaron 300 horas en limpiar los huesos del enorme reptil vegetariano, para que luego científicos estadounidenses en Utah ensamblaran las piezas tal como se veía a mediados del período Jurásico.

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