Aunque parezca una buena opción, la cesárea también tiene riesgos. Conócelos para tomar una decisión informada
Suena padre la idea de programar la fecha y la hora en la que nace tu bebé. En fin de semana, cuando puedes tener a tu familia y amigos cerca, y con la muy tentadora situación de que no duele (técnicamente, porque cuando se pasa la anestesia… bueno…). Pero aunque sea tentador se sigue tratando de una cirugía por lo que antes de que circules la fecha en tu calendario te recomendamos que leas estos riesgos y posibles complicaciones.
¿Qué es?
Una cesárea es una operación. Eso quiere decir que estarás en un quirófano acompañada de un cirujáno, un anestesiólogo y unas cuantas otras personas que no sabrás muy bien qué hacen ahí adentro.
La operación consiste en abrir tu abdomen y útero para sacar a tu bebé.
¿Cuándo la puedo programar?
En algunos casos, una cesárea es inevitable y debes programarla. Por ejemplo, cuando tuviste una cesárea anteriormente y tu incisión es vertical (aunque esto es poco común en estos tiempos); cuando haz tenido más de una cesárea; cuando esperas a más de un bebé al mismo tiempo; cuando el bebé viene en una posición extraña (de pompas o de lado); o si tienes algunas otras complicaciones. En ese caso, la cesárea es definitivamente el método más seguro para que tu hijo vea la luz por primera vez. Pláticalo con tu médico.
No es recomendable programar una cesárea simplemente por querer programarla. Además recuerda que los bebés que nacen mediante cesárea electiva antes de la semana 39 tienen mayores probabilidades de desarrollar problemas respiratorios que los bebés nacidos por parto natural o por cesárea de emergencia.
¿Cuándo es una emergencia?
Puede ser que tu embarazo haya sido bueno, tu bebé tenga un peso adecuado y todo esté planeado para que tengas un parto natural. Pero muchas cosas pueden llevarte a requerir una cesárea. En mi caso fue una preeclampsia en la semana 36. Llegué a consulta y ya no me dejaron salir del hospital. Otras situaciones pueden ser: que después de varias horas no logres dilatar o tu trabajo de parto no avance de la forma esperada; el cordón umbilican se haya prolapsado; o que el bebé esté en sufrimiento fetal.
¿Qué pasa en una cesárea?
Si te tienen que hacer una cesárea por cualquier motivo, ¡no te asustes! Lo primero que va a pasar después de que te digan la razón por la que necesitas la cesárea es que tendrás una visita del anestesiólogo.
El anestesiólogo te explicará los tipos de anestesia que se te pueden aplicar. Prácticamente ya no se aplica anestesia general salvo que por alguna razón no puedas recibir un bloqueo local. La anestesia local o regional te hará dejar de sentir todo desde el abdomen hasta la punta de los pies (¡y es un sentimiento muy extraño!). No sentirás dolor porque el punto de la anestesia es bloquear las terminales nerviosas pero sí sentirás jalones (similar a cuando te sacan una muela).
Algo que no mucha gente te dice es la situación del catéter. Un catéter se inserta en tu uretra para drenar la urina durante el procedimiento. No sientes nada por el tiempo que dura la anestesia, pero el catéter se queda ahí algunas horas después y se convierte en algo molesto.
Además de esto, te pondrán una línea intravenosa (para pasar medicina y fluido). Y te rasurarán el vello púbico (algo que tampoco me esperaba, considerando que el bebé no sale por ahí).
Entonces pondrán una cortina para que no puedas ver lo que está pasando, y tu pareja o la persona que hayas decidido que entre contigo al quirófano estará junto a ti. Aproximadamente 40 minutos después podrás escuchar un llanto y, una vez que le hagan el primer estudio a tu bebé, lo pondrán a tu lado para que puedas verlo y abrazarlo.