Tepic no es la excepción. En nuestra ciudad se recuperó parte de la historia local. Hace diez años se construyó la fuente y se instaló una impresionante escultura dedicada a la Hermana Agua, en el Parque la Loma, uno de los más visitados por las familias tepicenses.
Fue en el lugar que antes se llamó la glorieta del Asta Bandera, que perdió su estilo Art Decó para convertirse en una pileta redonda, con fuente y estatua.
La historia de la Hermana Agua inicia, de acuerdo a algunos cronistas de la ciudad, por allá en el año de 1950, cuando en otro parque de la ciudad –el Juan Escutia- se colocó una escultura similar, pero era una figura estilizada de una mujer desnuda y muy hermosa delante de un muro en el que por su parte posterior se leía un fragmento del poema del mismo nombre del recordado poeta nayarita Amado Nervo; precisamente, se dice, este poema fue la inspiración para la creación de la escultura de la Hermana Agua. Fue tan conocida que se tomaba como punto de referencia en la ciudad.
La fuente antigua de La Hermana de Agua en el parque Juan Escutia tenía una fuente de las denominadas “espejo de agua”, semicircular, con mosaico azul en sus contornos redondeados estilistas. Tras la estatua de una hermana agua bella, limpia y escultural, hubo un muro de laja de cantera.
Este monumento, sin explicación alguna y mucho menos tomar en cuenta a la sociedad y al pueblo, se desbarató en 1980, y cuentan las leyendas de barrio que el gobernador Flores Curiel trasladó la hermosa estatua de la Hermana Agua a una casa de su propiedad que estaba construyendo en La Paz, Baja California. El asunto no se ha podido comprobar fehacientemente pero son muchas voces las que lo aseguran.
La glorieta de la Hermana Agua, entre las calles de Juan Escutia, Lerdo y Amado Nervo, quedó totalmente hecha ruina durante varios años, incluso en escombro, hasta 1987 en que apresuradamente se construye el Teatro del Pueblo, que aún se mantiene en el mismo lugar donde fue la Hermana Agua.
Con las recientes remodelaciones del Parque La Loma, las administraciones gubernamentales han convertido lo que era un monumento a la Bandera Nacional en una fuente con la Hermana Agua al centro de la misma. Finalmente, consideraban haber vuelto a la vida a la Hermana Agua.
Pero algo tenía la nueva Hermana Agua que no coincidía con la original; no bien apareció en escena, cuando se levantaron las voces del pueblo, unas con indignación, otras con admiración y algunas más con deleite, al observar la escultura que venía siendo una interpretación muy libre de la original Hermana Agua, con unas formas corporales exuberantes, de un color moreno muy costeño, a tal grado que la autoridad municipal presionada por la opinión pública la retiró y colocó una nueva escultura, esta sí, más estilizada y acercándose más a la original.
Ahora Tepic ha recuperado, al parecer en forma definitiva, a su Hermana Agua, a la cual visten de rosa los meses de octubre significando la prevención del cáncer.
De hecho, el poeta Amado Nervo no describió en forma humana de figura femenina ningún verso de su poema La Hermana Agua. La interpretación en forma de mujer se la dimos nosotros, sus lectores, y por supuesto el escultor de las distintas estatuas que se han cincelado en ese tenor. El significado del agua en el poema La Hermana Agua es a la misma vida del hombre, a su interpretación vital, y a la hermosura del hielo, la brisa, la tormenta, el río, etcétera.
Un fragmento del poema a la Hermana Agua:
Lejos de sus raíces las corolas felices
no se acuerdan del agua que regó sus raíces…
¡Qué importa! Yo alabanzas digo a Dios con voz suave.
La flor no sabe nada, ¡pero el Señor sí sabe!
porque mis aguas dulces, mientras que la sed matan,
el rostro beatífico del sediento retratan
sobre el fondo del cielo que los cristales yerra;
porque copiando el cielo lo trasladó a la tierra,
y así el creyente triste, que en él su dicha fragua,
bebe, al beberme, el cielo que palpita en mi agua,
y como en ese cielo brillan estrellas bellas,
el hombre que me bebe comulga con estrellas.