Visor Nayarita
Tiempos, pues, de que los funcionarios no se blinden contra las peticiones del pueblo, estar atentos para no caer en actos de soberbia, corrupción y prepotencia como ha sucedido anteriormente, hacer a un lado los intereses particulares para trabajar por la ciudadanía en pleno; el pueblo anhela ser escuchado y atendido por sus autoridades que no deben echar en saco roto; el ciudadano ya no es pasivo, ahora, observa críticamente y participa en los problemas de sus comunidades y está atento a su pronta solución y no olvida los agravios, como ya quedó demostrado en el proceso electoral del primero de julio.
Es preciso un cambio de estrategias en su actuar político, hoy, la ciudadanía ha tomado con seriedad y responsabilidad su participación en el desarrollo de sus comunidades por lo que se encuentra atento del actuar de quienes los rigen, por ello, los asuntos, demandas y peticiones del pueblo ya no deben por salud política, ser atendidos desde el confort de los escritorios y oficinas, ¿Por qué decimos esto?, porque ahora se impone gobernar con verdadera civilidad y con sensibilidad política, orientar y trasladar acciones y funciones al campo y ciudades a los barrios, colonias y comités de acción ciudadana; por ahora, hasta el 30 de noviembre, las autoridades electas gozan de su “luna de miel” con el pueblo, se vislumbran sus buenas intenciones para demostrar a la ciudadanía que harán la diferencia con las administraciones que les antecedieron; en la conformación de sus equipos de trabajo se vislumbra el tipo de gobierno que harán y en el que habrán de cumplir los compromisos de campaña, toca actuar con la empatía necesaria, para que gobiernos y ciudadanos atiendan las demandas más sentidas de sus comunidades y así continuar con el verdadero desarrollo de la nación.
La clave está, en dejar atrás los rencores y sinsabores que permearon en la pasada lid electoral y en transformar la manera de gobernar, permitiendo la colaboración ciudadana en la toma de decisiones y en la exigencia de una mayor trasparencia y acceso a la información pública que deje claro el uso de recursos públicos para que la ciudadanía esté enterada y acuse recibo de las obras y gestiones que realicen las autoridades locales y federales, así habrá confiabilidad en los gobiernos, de la misma manera, es forzoso que los procesos de entrega –recepción sean lo más claros posibles que no permitan duda alguna, para que, si hubiere algo que dañe la transparencia de la rendición de cuentas sea cubierto y aclarado por los verdaderamente responsables y no por las administraciones entrantes, de ello depende también la confianza y la buena coordinación entre gobierno y gobernados, y sobre todo trabajar, no solo por proyectos políticos personales, trabajar coordinadamente con los ciudadanos, en el campo, en las urbes, en las colonias en los barrios para demostrarle al pueblo que sus autoridades están inmersas y prestas para rendir buenas cuentas y dispuestas a cumplirles. Al tiempo.
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