Los felinos borraron del terreno de juego a Rayados, con par de golazos de André Gignac
Un Tigres auténtico fue demasiada pieza para un desesperado Rayados que terminó ridiculizado en su casa en una serie que se definió 6-2 en favor del cuadro universitario.
Porque Tigres no sólo conservó su amplia ventaja que había logrado en la Ida (4-1), sino que la amplificó con un doblete del francés André-Pierre Gignac para un 2-0 inapelable.
Tigres, que nunca le había ganado un serie de Liguilla a Rayados (había perdido 5) se tomó revancha de una manera alevosa. Le llenó la canasta a un Rayados vacío, inoperante e impotente.
El equipo de Ricardo Ferretti no sólo le ganó con autoridad los dos juegos, sino que le demostró a Rayados que para buscar un título, mínimo hay que tener ambiciones y jugar en esa dirección.
El campeón ya está en las Semifinales y con la etiqueta de candidato en la mano. Rayados, en tanto, sumó un nuevo fracaso de la mano de Antonio Mohamed, que en más de dos años aún no puede llegar a destino de la consagración.
Lo de anoche era prácticamente previsible. No se necesitaban demasiados argumentos para saber que si Rayados no ofrecía algo diferente, difícilmente iba a cambiar el curso de la serie.
Rayados no encontró el hueco y mucho menos el gol que le diera alguna esperanza para le remontada. Buscó acercarse vía pelotazos, pero sin sustento colectivo.
Tampoco tuvo ideas claras en su modo ataque. Simbolizó el esfuerzo en la estatura técnica de Walter Gargano, pero el desgaste propio del equipo en general fue oxigenando el andar de Tigres.
Porque Tigres, sin urgencias, operó en favor del rival y del resultado. No se movió de su modelo de conservación del balón y cuando pudo, sacó algún que otro ataque.
Un tiro en el poste de Dorlan Pabón fue la acción más cercana de Rayados para ponerse en ventaja. Otro cabezazo de Efraín Juárez pasó muy cerca. Fueron arrebatos, jugadas perdidas dentro de un contexto equilibrado.
Al Monterrey se le puso más difícil aún el problema cuando el técnico Ricardo Ferretti decidió “cerrar” el partido con un ajuste defensivo. Ingresó Meza por Lucas Zelarayán y Tigres pasó a defender con 5.
Del otro lado, Antonio Mohamed no respondió a esa estrategia y siguió atacando con Pabón y Funes Mori como íconos ofensivos. A Tigres se le simplificaron las cosas y apostó a pescar algo en ofensiva.
Lo encontró André Pierre Gignac mediante un tiro libre en tiempo de compensación de la primera mitad. El portero Hugo González poco pudo hacer ante el flechazo direccionado del francés.
Un gol que abrió más la brecha en el resultado y resolvió la serie. Rayados ya necesitaba un cargamento exagerado de goles para dar vuelta una historia que ya había quedado definida días antes en el Universitario.