Tras la detención de un obispo, Antonio Guterres expresó su preocupación por los ataques contra la democracia y la Iglesia en Nicaragua

El secretario general de la ONU está “muy preocupado” tras la encarcelación de Rolando Álvarez, crítico del régimen de Daniel Ortega

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, está “muy preocupado” por los ataques contra la democracia y la Iglesia católica en Nicaragua, dijo el viernes uno de sus portavoces tras la detención de un obispo crítico del régimen.

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Antonio Guterres “está muy preocupado por el grave cierre del espacio civil y democrático en Nicaragua, y recientes acciones contra organizaciones de la sociedad civil, incluidas las de la Iglesia católica”, dijo el portavoz Farhan Haq a periodistas en la sede de las Naciones Unidas.

A través de un portavoz, Guterres reiteró su llamamiento al Ejecutivo de Daniel Ortega para que garantice “la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos, particularmente los derechos universales de asamblea pacífica, libertad de asociación, pensamiento, conciencia y religión”.

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, crítico de Ortega que permaneció retenido durante dos semanas en la curia, fue trasladado este viernes a Managua por la Policía y colocado bajo “resguardo domiciliar”.

“El señor obispo se mantiene en resguardo domiciliar en esta ciudad capital”, dijo la Policía en un comunicado, aunque no precisó de quién era el domicilio. “Ha podido reunirse con sus familiares esta misma mañana”, así como con el cardenal y arzobismpo de Managua, Leopoldo Brenes, agregó.

La entidad explicó que fue trasladado desde la curia de Matagalpa (norte) a Managua “con respeto y observación de sus derechos”, aunque Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dijo a la AFP que la intervención policial en la curia se produjo “con violencia”.

La Policía precisó que tomó la decisión de trasladar a Álvarez de la curia de Matagalpa debido a que el obispo persistía en sus actividades “desestabilizadoras y provocadoras”.

Asimismo, el texto indica que “las personas que permanecían en esa Casa-Curia fueron trasladadas con respeto y observaciónde sus Derechos”. Ocho sacerdotes, seminaristas y un laico permanecían con Álvarez en la curia y también están en Managua. Todos están bajo investigación.

La propia diócesis de Matagalpa (norte) alertó en la madrugada del ingreso de la Policía a la residencia del obispo. “SOS. Urgente. En estos momentos la Policía Nacional ha ingresado a la Curia Episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa”, publicó en su cuenta de Facebook.

El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), dijo en Twitter que a las 03H00 de la madrugada (09H00 GMT) la policía “irrumpió en la casa cural llevándose con rumbo desconocido a monseñor Rolando Álvarez, junto con otras ocho personas, entre ellas sacerdotes y laicos”.

En tanto, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) invitó a orar por el obispo.

Más temprano, el obispo nicaragüense Silvio Báez condenó desde Miami a través de Twitter lo que llamó “el secuestro nocturno” de Álvarez. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también había pedido información sobre su paradero.

“Qué indignante, se han llevado a Monseñor Rolando Álvarez, con los sacerdotes que estaban con él. Basta ya de tanto silencio!, hablen quienes tienen que hablar y dar la cara, a eso se le llama pecado de omisión”, dijo el sacerdote Edwing Román, exiliado en Miami, en redes sociales.

“Sucedió lo que era evidente que iba a suceder. Es la detención arbitraria y abusiva del monseñor Álvarez”, comentó por su parte, también desde Miami, el defensor de derechos humanos Pablo Cuevas.

La situación con el obispo ocurre en medio de los roces de la Iglesia con el régimen de Ortega, un exguerrillero de 76 años que se mantiene en el poder desde el 2007, amparado en tres reelecciones sucesivas, la última en noviembre del 2021, con sus opositores presos o exiliados y en medio de cuestionamientos internacionales.

Ortega acusa a los obispos de “golpistas” por apoyar las protestas opositoras que pidieron su dimisión en 2018.

En medio de la crisis, la Iglesia intentó en 2018 y 2019 mediar un diálogo entre el régimen y la oposición.

El mandatario reprochó a los obispos haber acogido una propuesta opositora que buscaba resolver la crisis adelantando los comicios del 2021 para recortar su período presidencial.

Desde entonces, las relaciones han ido en deterioro. Este año hubo cierre de medios católicos, entre ellos el canal de la Conferencia Episcopal, y la reciente detención del sacerdote Oscar Benavídez, sin que se conozcan las razones.

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