Trump firma su megaproyecto de ley en medio de fuegos artificiales para conmemorar la ocasión

El presidente Donald Trump firma una amplia legislación de gasto e impuestos, conocida como la «Ley Un Gran Hermoso Proyecto de Ley», en la Casa Blanca.

Es la celebración que el presidente Donald Trump ha estado esperando.

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Tras semanas de persuadir a los republicanos para que apoyaran su megaproyecto de ley nacional —a pesar de las persistentes preocupaciones sobre los recortes a Medicaid, el aumento del déficit y los riesgos políticos— Trump firmó la medida como ley en el Jardín Sur de la Casa Blanca la tarde de este viernes.

Transformó el tradicional picnic del 4 de julio en una celebración de la independencia del país y de su victoria en el Congreso, el entusiasmo de la jornada para conmemorar el triunfo legislativo más decisivo de su segundo mandato. Los festejos incluyeron un sobrevuelo de bombarderos —un guiño a los recientes ataques militares contra instalaciones nucleares iraníes— y contarán con un espectáculo de fuegos artificiales en el National Mall más tarde.

Todo salió como Trump lo había planeado cuando fijó la fecha límite del 4 de julio para aprobar el proyecto de ley hace semanas. Incluso algunos de sus propios aliados pensaron que el calendario era demasiado ambicioso. Pero el férreo control de Trump sobre su propio partido, sumado a lo que un funcionario de la Casa Blanca describió como una campaña “omnipresente” del presidente para conseguir el apoyo republicano, culminó con la aprobación del proyecto en la Cámara de Representantes el jueves, con solo dos deserciones entre los republicanos.

En muchos sentidos, el evento representa la recompensa por semanas de trabajo del presidente y su equipo para sacar adelante la ley. Trump invitó a miembros del Congreso al evento, al que también asistieron familias militares, quienes suelen ser los invitados habituales al picnic del Día de la Independencia.

Sin embargo, en otros aspectos, este momento es solo el inicio de la campaña de Trump para vender su ley a un público estadounidense que, según las encuestas, sigue siendo escéptico respecto a su contenido.

La ley amplía los recortes de impuestos que Trump aprobó por primera vez en 2017 durante su primer mandato, además de crear nuevos recortes, con un costo total de US$ 4.5 billones. También aumenta el financiamiento para la aplicación de leyes migratorias y defensa.

Para financiar el nuevo gasto y la disminución de ingresos fiscales, la medida recorta US$ un billón de Medicaid, además de recortar la asistencia alimentaria. Pero aun así, según un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), añadirá US$ 3,3 billones al déficit federal, sin incluir el costo de financiar la deuda.

Muchos republicanos temían que los recortes a programas de protección social, como Medicaid y cupones de alimentos, pudieran exponerlos ante ataques políticos de cara a las elecciones de medio término del próximo año.

Según la CBO, casi 12 millones de estadounidenses podrían perder su cobertura médica como resultado de los cambios en los programas gubernamentales. Otros análisis elevan esa cifra, basados en las nuevas exigencias de papeleo que los beneficiarios deben cumplir para demostrar su elegibilidad.

Los demócratas ya han comenzado a señalar los enormes beneficios fiscales del proyecto para los estadounidenses más ricos y acusan a Trump de quitarles beneficios a los más pobres para premiar a sus patrocinadores adinerados.

Algunos aliados de Trump han admitido que necesitan ponerse al día en la estrategia de comunicación sobre lo que consideran los beneficios de la ley, que podría incluir la eliminación de impuestos sobre las propinas y el fortalecimiento de fondos para la agenda de aplicación de las leyes migratorias de Trump. Trump dijo el jueves que quería que los republicanos impulsaran estos mensajes durante la campaña de las elecciones de medio término.

“Ningún demócrata votó por nosotros, y creo que debemos usar esto en la campaña que se avecina para las elecciones intermedias, porque tenemos que ganarles”, dijo Trump.

La historia reciente está llena de presidentes que, tras usar mayorías en el Congreso para aprobar leyes importantes destinadas a consolidar su legado, después lamentaron no haber hecho lo suficiente para convencer a la opinión pública estadounidense, y los miembros de su partido pagaron el precio en las urnas.

Sin embargo, para Trump, la ley que firmará este viernes tiene menos que ver con ayudar a los republicanos a ganar y más con su propio legado. Ha presentado el paquete como la codificación de las promesas hechas a los votantes durante la campaña, y lo ha utilizado para subrayar lo que él llama el inicio más exitoso de cualquier presidencia en la historia.

El sobrevuelo de los bombarderos B-2 el viernes —utilizados para lanzar bombas antibúnker sobre instalaciones nucleares iraníes el mes pasado— deja en evidencia el tramo de días decisivos marcado por la aprobación del proyecto de ley de Trump.

Aparte de los ataques en Irán, Trump logró convencer exitosamente a los aliados de la OTAN de aumentar su gasto en defensa en la cumbre de líderes de la semana pasada, obtuvo una importante victoria en la Corte Suprema que amplía sus poderes ejecutivos y generó un nuevo impulso hacia un alto el fuego en Gaza que podría concretarse en cuestión de días.

Un día antes de su celebración del 4 de julio, Trump se regodeó en la seguidilla de victorias.

“Estas deben haber sido las mejores dos semanas”, dijo. “¿Alguna vez alguien ha tenido dos semanas mejores?”

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