Un nuevo cardenal

Véritas Liberabit Vos

Con gran beneplácito ha recibido México la noticia y en particular con más orgullo Nuestro Estado de Nayarit de que el próximo 19 de noviembre en el consistorio que se llevará a cabo en la vigilia del cierre de la Puerta Santa de la Misericordia en el Vaticano, el Pontífice Francisco elevará a la categoría de Cardenal a 13 nuevos religiosos de once nacionalidades diferentes abarcando los cinco continentes, donde destaca el nayarita Carlos Aguiar Retes actual arzobispo de Tlalnepantla y ex Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano con una brillante trayectoria en el ámbito religioso de nuestro país y de América latina.

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Este nombramiento a un rango tan importante, se suma a los ya Cardenales Mexicanos Norberto Rivera Carrera, Francisco Robles Ortega, Alberto Suarez Inda, Javier Lozano Barragán y Juan Sandoval Íñiguez dándole así a México un total de seis cardenales representativos de un país por demás religioso y guadalupano, que ya ha tenido en la historia a otros seis purpurados que en su tiempo fueron factores importantes para el desarrollo del catolicismo en nuestro país, la lista se extiende a José Garibi Rivera, Miguel Darío Miranda Gómez, Ernesto Corripio Ahumada, José Salazar López, Adolfo Antonio Suárez Rivera y Juan Jesús Posadas Ocampo, todos ellos portadores del capelo cardenalicio durante el siglo pasado y el presente.

El ser designado Cardenal por parte del Pontífice, es obtener el más alto título honorífico al que puede aspirar un religioso, es estar en la antesala de poder ser elegido Papa, ya que al formar parte del Colegio Cardenalicio (y no contar con más de ochenta años de edad) son convocados al cónclave para suceder al Pontífice fallecido o que ha presentado su dimisión, cada Cardenal votante es en sí un prospecto a poder ser electo Papa.

El nombre de Cardenal está tomado del término latino cardo que significa bisagra o punto de apoyo, es entonces convertirse en asesor directo del Sumo Pontífice, los encargados de presidir organismos o comisiones de la curia romana cuando no es que gobiernan diócesis o arquidiócesis en su país de origen. Su mismo nombre pone de manifiesto que son firmes representantes, defensores y propulsores de las cuatro Virtudes Cardinales: La Justicia, La Prudencia, La Fortaleza y La Templanza que se unen a las Virtudes representadas por el Vicario de Cristo: La Fe, La esperanza y La Caridad.

El color del atuendo cardenalicio es el purpura escarlata, memoria de la sangre derramada por los mártires de la cristiandad, y consta principalmente de una birreta roja (gorro cuadrangular con una borla) que simboliza el compromiso de luchar hasta el último momento, un anillo que representa la fidelidad a la Iglesia, una muceta (capa corta que cubre hasta la altura de los codos) y un capelo cardenalicio (sombrero tradicional de cuya forma se extrae el escudo que distingue al cardenal) todo esto conferido en un evento llamado Consistorio que se lleva a cabo en alguna festividad importante de preferencia en la Sede de San Pedro en Roma.

Indudablemente que la responsabilidad inherente que lleva todo Cardenal sobre sus hombros, que es la de en caso de Sede Vacante ser miembro del cuerpo elector del nuevo Pontífice, no es una situación sencilla pero a la vez es  honrosa y trascendente, que requiere de la asistencia del Espíritu Santo para guiar el intelecto y la voluntad del elector para decidir al sucesor de Pedro.

Anteriormente los cardenales no eran como hoy los miembros que se reunían para decidir al Papa, ni era necesario que la selección se hiciera de ese grupo purpurado, para ser electo solamente se requería ser mayor de 30 años y estar bautizado, eso era muy en los principio de la Iglesia Católica, conforme el paso de los años, y llegando a la Edad Media se establecieron cambios en la Constitución Apostólica intitulada In nomine Domini Nicolás II  estableció en 1059 que la elección se hiciera con Cardenales romanos que fueran obispos, posteriormente en 1179 Alejandro III en la Constitución licet de vitanda discordia extendió esta convocatoria a todos los Cardenales, y ya por último en el año de 1274 Gregorio X en la Constitución Urbi periculum fundamento los principios del cónclave donde solo podrá ganar la elección quién obtenga los 2/3 de votos del Colegio cardenalicio ahí reunido y por último Juan Pablo II en Universi Dominici Gregis estableció que un cardenal al llegar a los 80 años pierde su condición de elector.

Honroso y distintivo título de Príncipe de la Iglesia recibirá el nayarita Carlos Aguiar Retes en un poco más de un mes, vivo reconocimiento a su trayectoria y fiel trabajo desarrollado en todos estos años propagando siempre la fe y con un mensaje de amor y ayuda al prójimo, nunca en la historia México había contado con este importante número de cardenales, estando así solo por debajo de países como: Italia, España, Francia Alemania, Estados Unidos y Brasil.

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