Una sociedad justa

Véritas Liberabit Vos

Durante esta Semana Santa, hubo oportunidad de escuchar y leer diversos manuscritos y alocuciones referentes de la vida virtuosa a la que todo ser humano está llamado a practicar una vez que se ha tenido como ejemplo ese gran acto de amor en que el Hijo de Dios murió y padeció por todos nosotros y con su resurrección nos dio la mayor prueba para nuestra fe.

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Fue interesante escuchar durante la celebración del Domingo de Pascua, la alocución del Papa Francisco donde exaltó La paz y la libertad, donde pidió por quienes sufren nuevas y viejas formas de esclavitud, para los marginados, encarcelados, sin olvidar a los pobres y los migrantes, enfermos y sufrientes, por los niños, en especial para los que sufren violencia, a quienes sufren el luto, para que a todos ellos llegue la voz consoladora, y sobre todo para que la sociedad viva con Amor, Respeto, Perdón y Justicia.

Y es precisamente de este último término del cual coincidentemente en más de tres escritos o discursos se volvió a mencionar, y no es para menos ya que es la Justicia un basamento que establece el marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo, o permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones, es un valor determinado como bien común por la sociedad, igualmente la Justicia ha sido entendida como virtud humana, como el arte de hacer lo justo y de dar a cada uno lo que le corresponde, sin este valor la sociedad queda pendida de un hilo que se cortaría al menor movimiento.

Ya desde los tiempos antiguos era venerada en la mitología griega Némesis que representaba a la diosa de la justicia retributiva, la solidaridad, el equilibrio y la fortuna, castigaba severamente a los que no obedecían a aquellas personas con derecho a mandarlas y sobre todo a los hijos que no obedecían a sus padres, su equivalente en la mitología romana era Envidia aunque el sentido de esta última era más bien en una acción de venganza más que restitutiva.

La explicación más clara de esta virtud, la encontraremos siglos después en el Dialogo La Republica escrito por Platón,  teniendo como  tema central de los diez libros de que consta la obra es la reflexión sobre la Justicia, donde lleva al filósofo a abordar la organización de la ciudad estado ideal, donde cada uno de los ciudadanos realiza de la mejor manera la labor que le corresponde quedando formalizada por los trabajadores manuales, los guerreros o guardianes de la polis y los dirigentes quienes tienen la misión de llevar a sus dirigidos a alcanzar la visión intelectual del Bien absoluto y el limite extremo del mundo inteligible teniendo como base el Bien Común.

Posteriormente los romanos hacen que la Justicia se convierta en uno de los principios generales del Derecho, tanto como piedra angular para el legislador en su estatuto jurídico y para el juez como base para dar solución a sus controversias que no tienen un soporte que les pueda dar una solución.

La Justicia es así un concepto tan estricto y fuerte considerado en el devenir del tiempo como objeto de reflexión. Mitológica, Filosófica, Legal, Histórica y Teológica, teniendo siempre como consecuencia final que la Justicia es la primera virtud de las Instituciones Sociales, es ética, equidad y honestidad, es aquel referente de rectitud que gobierna la conducta y nos constriñe a respetar los derechos de los demás.

Por esta razón al escuchar la alocución del Papa Francisco al recalcar la Justicia como virtud humana para bien de la sociedad, recordé las palabras de un jurista austriaco Hans Kelsen:

“La Justicia es para mí aquello cuya protección puede florecer la ciencia, y junto con la ciencia la verdad y la sinceridad. Es la Justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la democracia, la justicia de la tolerancia.

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