Caldero Político
Desde luego que en los países que tienen una escolarización obligatoria, el analfabetismo es minoritario. Sin embargo, en algunos países la comprensión lectora puede ser deficiente a pesar de que su tasa de analfabetismo sea pequeña, ya que leer no es sólo descodificar las letras sino entender mensajes por escrito.
Es lamentable: en la actualidad uno de cada diez latinoamericanos no sabe leer ni escribir. Esto significa que los analfabetas del continente son 40 millones de personas, una población equivalente a la población de la ciudad de Colombia. Estas cifras son escalofriantes; además 110 millones de latinoamericanos ni siquiera terminan la educación primaria, lo que supone el 40 por ciento de la población.
América Latina comprende una región geográfica muy amplia que empieza desde México en las tierras de América del Norte, siguiendo con América Central, América del Sur y la cuenca del Caribe. Como gran sociedad, es muy diversa y pluralista tanto entre los diferentes países que la componen, alrededor de 30, como al interior de cada país.
Una de las más grandes aspiraciones de los sistemas educativos de cada país Latinoamericano es la alfabetización en toda la población. Sin embargo, el logro de dicha meta está limitado por la gran pluralidad cultural y lingüística al interior de los mismos, en contraposición a los idiomas “oficiales”, principalmente el español y el portugués. Una gran variedad de lenguas indígenas son factores que influyen en las actitudes y disposición de los usuarios para aceptar los programas de alfabetización de la región en el idioma oficial de cada país.
Trabajemos duro en este tema. La alfabetización es uno de los factores clave para resolver muchos de los problemas más grandes en todas las sociedades, que la realización plena del ser humano sólo se logra a través de la educación y que promover la educación es fundamental para el desarrollo de las naciones. Junto a una buena educación en todos sus niveles, que abarca capacitación magisterial y crecientes inversiones en programas e infraestructura de parte de los gobiernos, quienes ya disfrutamos de una carrera profesional o de estudios pagados por el pueblo, sobre todo los egresados de las escuelas públicas, deberíamos regresar algo al mismo pueblo enseñando a leer y a escribir a nuestros semejantes.
Alguien podrá decir que eso de nada sirve, pero yo pienso que la educación es el motor que mueve a un país, más allá de la demagogia, la indiferencia o la irresponsabilidad oficial.