Al dar a conocer su balance anual, la Santa Sede reveló que sus dependencias ocultaban unos mil 100 millones de euros
Dependencias del Vaticano tenían más de mil millones de euros que no fueron declarados en el balance general antes del lanzamiento el año pasado de nuevas normas contables, según un comunicado del Departamento Financiero de la Santa Sede publicado.
El responsable designado para sanear las finanzas del Vaticano dijo en diciembre pasado que las dependencias habían “escondido” millones de euros y seguido “patrones establecidos por largo tiempo”, en lo que consideró un manejo celoso de sus asuntos por no informarlos a ninguna oficina contable.
El comunicado mostró que esos fondos ascendieron a unos mil 100 millones de euros (unos mil 200 millones de dólares), en la primera vez que el Vaticano cuantifica dinero no declarado, descubierto después de que el cardenal George Pell asumió el recientemente creado cargo de ministro de Economía.
Así, el patrimonio del Vaticano aumentó en 939 millones de euros entre 2013 y 2014.
El papa Francisco nombró a Pell para supervisar las confusas finanzas del Vaticano después de décadas de control por parte de italianos.
Pell no sugirió ningún delito, pero dijo que los departamentos habían tenido “casi carta blanca” con sus finanzas. El Vaticano dijo en su momento que Pell no se refería a “fondos ilegales, ilícitos o mal administrados”.
El estado financiero de 2014, difundido tras una reunión del Consejo del Vaticano para Economía, también mostró que la Santa Sede, que incluye la mayor parte de sus departamentos en Roma y las embajadas de todo el mundo, tuvo un déficit en su presupuesto de 25.6 millones de euros, en línea con el año anterior.
La Ciudad del Vaticano, que tiene un presupuesto aparte, registró un superávit de 63.5 millones de euros, casi el doble del año anterior, debido a los fuertes ingresos de los museos, que atraen alrededor de seis millones de visitantes al año, y de otras actividades culturales.
Desde la elección del Papa en marzo de 2013, el Vaticano ha impulsado reformas importantes para adherirse a normas financieras internacionales e impedir el lavado de dinero y ha cerrado varias cuentas sospechosas en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), mejor conocido como Banco del Vaticano.
El año pasado, el Vaticano adoptó las Normas Internacionales de Contabilidad del Sector Público (IPSAS) y los estados financieros de cada departamento son ahora revisados por una firma auditora internacional.