Simples Deducciones
“Mi mujer me cree todo lo que le digo, que tengo mala suerte, que el jefe en turno no le caigo bien y me quiso tratar mal, hasta le he llegado a decir que desde el primer día de algún trabajo que invento, sentí que alguna mujer quería conmigo, y como yo la quiero a ella pues prefiero alejarme de esas tentaciones, claro, eso se lo digo después de pasar buenos ratos y Sofi me cree y agradece mi sinceridad”. Paco conoció a Sofia en el barrio, eran vecinos y nunca fue bonita, según él, “no, de hecho en el barrio los compas buscábamos a otras chicas pero a ella no, y mira, me terminé sacrificando y es a quien mejor me va, a los otros los traen como burros, trabajando todo el día y con ropa jodida”.
Su cinismo me deja perplejo, pero, ¿cómo aprendió Paco a vivir de la mentira y el engaño?, resulta que era el más “carita” del barrio, de la escuela y de los amigos en común, quienes buscaban ser sus novias le mandaban regalos, desde los clásicos chocolates hasta algún detallito de mayor costo económico, Paco se quedaba con la que mejor regalo le diera, sin embargo, la chica al paso de los días y notar el interés lo dejaban y Paco agarraba otra novia y así, dice él, entendió que con su físico y algo de palabras dulces y atinadas podía tener muchas cosas.
Sofia por su parte, creció con una baja autoestima, era la menos guapa de sus 3 hermanas, morena, bajita, “sin mucho que verle o mejor dicho nada”, señala Paco, pero, “generosa, mucho, tanto que mira, aquí estoy con ella, un día ella pagó por mí en la lonchería, el último semestre de la carrera, la del puesto no tenía feria y sin más, Sofi pagó, ella ya trabajaba medio tiempo cuidando niños o adultos mayores, comencé a tratarla y vi sus debilidades y su temor a no encontrar un hombre que se quedara con ella”.
Paco dice que “la caló”, “un día le dije, ya se acerca mi cumpleaños, como me gustaría de regalo un reloj como el que trae Tony y me lo regaló, entonces dije, ella me puede cumplir mis antojos, además, tenía otro plus, la casa de sus papás ya se la habían heredado en vida, así que yo ya no estaría presionado a comprar una casa o vivir con mi familia, tenía ya varios puntos a su favor conmigo, eso sí, de amor, no, pues no, ella no era, ni es mi tipo, ni lo será, pero me trata bien”.
Paco no es nada tonto y sabe, que para garantizar su comodidad, necesita mantener a su mujer lo más blindada posible de las “malas amistades”, que le quieren hacer ver que él es un mantenido y en cuanto alguna alma benévola comienza a querer hacerle ver a Sofi el abuso, él aplica la operación, “tu amiga me acosa, la otra vez que vino se sonreía mucho y cuando pasó al baño me dio un llegue”, con eso, la señalada es sacada de la vida de su mujer y sus opiniones no tienen peso porque, “mira Sofi, te tiene envidia”.
He visto a Sofia varias veces, es una mujer inteligente, doctora que sigue preparándose todos los fines de semana en especialidades médicas, es morena, ojos grandes cafés, ligeramente llenita pero inteligente en su trabajo, sin embargo sigue siendo la misma adolescente insegura y que cree que no puede tener un hombre que la valore y la quiera.
Paco dice que vive feliz y tranquilo, “claro que quisiera más, viajar por otros países, tener tarjeta de crédito amplia o un mejor carro, pero pues no cualquiera me va a creer que no encuentro trabajo en tanto tiempo ¿verdad?, además sólo acabé la prepa y el salario para alguien con mis estudios es muy bajo, ni para pagar esta camisa”, ¿incomodidades?, si, claro que las tiene, “pues ya tiene como dos años insistiendo en hijos y yo no quiero, porque va a decirme que me haga cargo, que lo lleve y pase a la guardería y pues yo me levanto tarde, no estoy convencido de cambiar mi vida”.
Le pregunto que su familia qué opina al respecto, “al principio no les agradaba que yo me quedara en casa, pero ahora mi madre ve a Sofia con mucho cariño, dice que de no haber sido por ella yo seguiría viviendo en la casa y comiendo de mis padres como chamaco y yo le digo que tiene razón”.
Tras esa plática veo a Paco con otros ojos, ya no me cae tan bien como antes, pero más mal me cae Sofia por no darse el valor que toda mujer tiene, no sé si realmente le crea que no tiene trabajo o sí ella prefiere continuar con los ojos cerrados ante una evidente realidad que hasta sus propios padres le han dicho, pero ella elude con, “ya encontrará un trabajo”.
Me pregunto sí hay muchas Sofis por ahí, porque Pacos no me queda duda que hay, creo que la vida te pone siempre un justo castigo cuando abusas de alguien, desconozco o no imagino qué podría ser para Paco una sanción apropiada y sí realmente la merece, pero me quedo con aquel dicho antiguo, “nunca falta un roto para un descosido”. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores.