11 señales extrañas y poco comunes de que padeces ansiedad

Existen síntomas claros de la ansiedad, por ejemplo, el insomnio, pero en realidad, podrías estar padeciéndola sin percatarte de ella.

Varios síntomas clásicos de la ansiedad pueden son sudar, temblar, preocuparse y evitar ciertas situaciones. Estos son efectos secundarios muy reales con los que muchas personas se enfrentan a diario, pero quizá nunca te hubieras imaginado que ese dolor de mandíbula estaría relacionado.

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O tu incapacidad para concentrarte, o tu impulsividad… estas también son señales de ansiedad, menos comunes, pero igual de relevantes para reconocer si tienes un trastorno de ansiedad.

Es importante tener en cuenta estos síntomas poco comunes de ansiedad, así como los síntomas en general, porque pueden referirse a un problema mayor.

Recuerda que buscar la ayuda de un médico o un terapeuta con licencia suele será la mejor forma de tratar la ansiedad si reconoces estos síntomas extraños en ti.

  1. Dolor de mandíbula

Si te despiertas con dolor de mandíbula o dolor de muelas, y no hay otra causa posible para ello, considera la ansiedad. «La ansiedad puede hacer que aprietes y rechines los dientes, tanto mientras estás despierto como dormido», comentó a Bustle la psicoterapeuta Christine Scott-Hudson, y puede que ni siquiera te des cuenta de que lo haces.

  1. Pensamiento disperso

Si te sientes distraída, puede que estés consumida por tus propios pensamientos de ansiedad, que te impiden ser un oyente presente y comprometido. Esto puede dificultar el seguimiento de una conversación o almacenar nueva información.

  1. Irritabilidad

Cuando estamos ansiosos, nuestros cuerpos y cerebros pueden entrar en el modo de ‘lucha o huida’, lo que nos deja con una pequeña ventana de tolerancia a la frustración.

Es por eso que puedes notar que las pequeñas cosas te irritan, los amigos te molestan y los pequeños inconvenientes te molestan. Este tipo de irritabilidad inexplicable a veces puede atribuirse a la ansiedad, y también puede tratarse con cosas como la terapia.

  1. Pensamientos invasivos

Soñar despiertos es normal, pero cuando tienes ansiedad, puedes tener imágenes vívidas e invasivas de los peores escenarios de cualquier situación, o quedar atrapado en pensamientos de pesadilla.

Esto también se conoce como ‘rumiar’, y puede hacer que sea difícil concentrarse en el momento presente, además de que puede causar mucho estrés innecesario.

  1. Problemas para dormir

Si te encuentras luchando para apagar el cerebro en las noches o te despiertas a mitad de la noche, podría ser cuestión de ansiedad no tratada.

  1. Gastar en exceso

Tener ansiedad crónica desgasta la capacidad de nuestro cerebro para tomar decisiones calmadas y calculadas; como resultado, es posible que te sea difícil rechazar ciertas ofertas o volver a dejar las cosas en el estante, por lo que terminas comprando por impulso cosas que no necesitamos.

  1. Acaparamiento

Para algunos, la ansiedad puede manifestarse en la forma de una «mentalidad de escasez», en la que te preocupa que nunca haya cosas «suficientes» en tu vida y terminas por acaparar cosas sin sentido.

  1. Impulsividad

En algunos casos, la ansiedad puede llevar a la impulsividad, y por ejemplo, puedes sentir el deseo de revisar toda tu vida sin mucha previsión.

Los ejemplos más claros se relacionan a decidir renunciar al trabajo, cambiar de carrera completa, mudarse a un nuevo apartamento, cambiar su carrera universitaria o terminar relaciones sanas.

  1. Sentirse agobiado

La mayoría de las personas asocian el llanto con signos de depresión, y eso es cierto para algunas personas, pero la ansiedad también puede llevarte a llorar debido a que te siente abrumado o agobiado en lugar de triste. Es posible que llores en el trayecto al trabajo, o una vez que llegues a casa, o cuando suceda algo estresante.

  1. Indecisión

La ansiedad también puede hacer que una persona sea indecisa. Tomar decisiones afecta nuestra energía cognitiva, y si tienes mucha ansiedad, tu cerebro ya está gravado debido a los pensamientos y preocupaciones, por lo tanto, es más difícil tomar decisiones tanto grandes como pequeñas.

Si te ha costado trabajo decidir qué comer o qué oferta de trabajo aceptar o todo lo demás, puede que sea producto de la ansiedad.

  1. Desorganización

Cuando estamos en un estado de ansiedad, nuestros cerebros luchan con la planificación y la organización a largo plazo. Es difícil para nuestros cerebros poner las tareas en orden o agruparlas en un orden de operaciones.

Esto puede resultar en una desorganización general, que puede tener un impacto bastante grande en tu vida, como llegar tarde a reuniones, tener tus espacios desordenados u olvidar pagar servicios, por ejemplo.

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