El púgil nayarita Juan “Topo” Rosas perdió en el décimo asalto ante David Sánchez
David “Tornado” Sánchez demostró esta noche que está listo para las grandes peleas, al derrotar en diez rounds al experimentado Juan Alberto “Topo” Rosas, en la defensa de su título mundial interino Supermosca de la Asociación Mundial de Boxeo, celebrada en el Palenque de la Expo de Hermosillo, Sonora.
El réferi Manuel Rodríguez detuvo el combate en ese décimo asalto cuando Sánchez golpeaba a placer a Rosas, lo que había motivado que la esquina del retador tirara la toalla.
Con el apoyo del público, el Tornado salió decidido a acabar con Rosas, quien fue un valiente pues a pesar del fuerte castigo que recibió durante los diez rounds, en ningún momento rehuyó la pelea, pero al final tuvo que ceder ante el empuje de un boxeador más joven y de mayor pegada.
El Tornado Sánchez empezó agresivo, buscando las zonas blandas del Topo Rosas, conectándolo en varias ocasiones para llevarse el round.
En el segundo y tercer asalto, el campeón mundial sacó la mejor parte con un excelente manejo de la mano izquierda que metió en varias ocasiones al cuerpo y al rostro de Rosas, que no dejó de representar peligro con derechazos al rostro.
La intensidad del combate disminuyó en el cuarto asalto, aunque en ningún momento dejaron de tirar golpes de todos calibres.
Para el quinto round el réferi retrasó unos segundos el inicio para obligar a los auxiliares del Topo Rosas a retirar el exceso de vaselina en su rostro, siguiendo con la misma tónica, con el Tornado golpeando arriba y abajo, mientras el Topo también lanzaba sus golpes, recibiendo una amonestación por golpear abajo del cinturón.
Con el público coreando el nombre del Tornado, cuando este conectaba al rostro de Rosas transcurrió el sexto round, que resultó bastante parejo.
Séptimo y octavo asalto fueron totalmente para el campeón mundial, quien se abría camino con el jab para lanzar después combinaciones de izquierda y derecha arriba y abajo de un Topo Rosas que no dejaba de ir para adelante sin importarle el castigo y lanzando al mismo tiempo peligrosos golpes, la mayoría de los cuales eran eludidos por Sánchez.