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Cumplir 30 años no es tan malo como parece. De hecho, una vez que superas la crisis, todo mejor y puede que hasta desarrolles nuevas habilidades superpoderosas.
De nada sirve seguir ocultando mi identidad: mi transformación a superseñora comenzó el día de mi cumpleaños 30 y, como les digo, ahora tengo nuevos superpoderes.
¿O entonces cómo se le llama a la sorprendente habilidad para distinguir el cilantro del perejil en el mercado? ¿Y qué me dicen de mi superfuerza para mover sillones y barrer en rincones lejanos?
Pero esto no solo me pasa a mí. Si tú también has llegado al tercer piso, pon atención porque quizá ya tienes algunos de estos superpoderes nuevos y tú ni encuenta:
- Superolfato para cazar ofertas.
Y casi nada te hace sentir tanto orgullo como comprar barato.
- Superfuerza para cargar el mandado en un solo viaje.
- Percepción extrasensorial para saber qué manchas sí se quitan y cuáles no.
- Superpoder para predecir el futuro de tu cruda.
Las sufres más, pero al menos las planeas mejor y ya tienes todo lo necesario para sufrir menos: electrolitos, Riopan, agua mineral.
- Visión de rayos X para detectar fechas de caducidad y entender las etiquetas de las calorías de la comida.
¿Cómo es que antes pude comer tanta basura y no morir?
- Tienes nuevos archienemigos, como el malvado dolor de rodilla.
- Superplacer de surtir la despensa en Costco o Sam’s Club.
- La habilidad de escoger aguacates.
Incluso distingues perfectamente entre los que son para hoy y para el fin de semana.
- La superpreocupación que ahora sientes cuando alguien se cae.
Por alguna razón, ya no da tanta risa.
- Nueva armadura contra relaciones sin sentido.
De repente te diste cuenta que no necesitas nuevos «amigos» y esa persona con la que sales desde hace tiempo podría ser «LA PERSONA DE TU VIDA».
- Habilidad sobrehumana para quedarte dormido a media película.
¿¡Cuándo se hizo tan difícil terminar de ver una película!?
- Radar superpoderoso para detectar a personas falsas a kilómetros.
Ya no te engañan tan fácilmente.
- Has comenzado a desarrollar ciertas habilidades par administrar mejor tu dinero.
- Superpoder para hacer hotcakes perfectamente redondos.
¡Por fin!
- Manipulación de los elementos para que las plantas ya no se te mueran.
- Supercapacidad para preocuparte en extremo por tu futuro.
¿O solo yo he empezado a pensar en mi jubilación?
- Sexto sentido para anticipar que te vas a enfermar, así que mejor ya no sales.
«No, ¿sabes qué? Es que como que me quiero enfermar».
- Poder místico para juzgar a las nuevas generaciones.
Y hablando de eso, ¿ya notaste que desde hace mucho no eres el más joven de tu equipo?
- Superresistencia a los planes improvisados.
«Me hubieras avisado con tiempo, we, ya había planeado quedame en mi casa».
- Habilidades telepáticas para descifrar perfectamente lo que te jefe quiere.
- Destreza especial para por fin saber qué ropa te queda bien.
- Supercapacidad para disfrutar un viernes en tu casa sin salir.
¿Recuerdas cuánto lo odiabas a los veintipocos?
- Transformaciones del cuerpo.
No agregaré más.
- Videncia para saber que sí, necesitas cargar con un suéter y un paraguas porque… te vas a enfermaaaar.
- Superregañón.
Pregúntale a tus amigos y hermanos.
- Propulsores para empezar a hacer ejercicio… ahora sí en serio.
- Habilidad sobrehumana para cuidar tópers.
Y no prestarlos porque ¡no te los devuelven!
- Control mental… para entender que mañana es lunes y ya no vale la pena seguirla.
- Visión superpoderosa para detectar a las malas parejas de tus amigos.
«Que no, que no te conviene».
- Distinguir entre cilantro y perejil.
¿Lo ves? Tu transformación también ha comenzado. Solo recuerda: un gran poder conlleva una gran responsabilidad.