El espíritu de superación y alegría de este perro, ha ayudado a decenas de personas con necesidades especiales.
Generalmente las personas con discapacidades o que se sienten diferentes al común por temas físicos o psicológicos, tienden a ser retraídas y distantes. No hacen mayores esfuerzos por sobresalir y se sienten más cómodos en una esquina, generalmente oscura, observando al resto. La historia de este artículo podría haberse quedado en las sobras, pero su protagonista decidió darle un vuelco digno de mención y reflexión.
Esta es la historia de Smiley, un perro golden retriever que nació sin ojos. Una condición que pareciera no afecta su vida, ya que este adorable peludo es motivante, amoroso, feliz, y lo demuestra con su preciosa sonrisa de oreja a oreja, haciendo honor a su nombre todo el día.
El pequeño creció en un criadero en Stouffville, Canadá, y fue adoptado a los dos años por Joanne, una entrenadora de perros profesional. Ella notó de inmediato las impresionantes capacidades que tenía Smiley para relacionarse con las personas y teniendo en cuenta su discapacidad, pensó que podía llegar a entenderse muy bien con otros con el mismo tipo de problemas. Desde ese momento se convirtió en un perro de terapia, que trabaja diariamente con personas que padecen de enfermedades socio-cognitivas o con necesidades especiales. Donde, su sola presencia ilumina el día y cambia el estado de ánimo de los pacientes como de forma milagrosa.
En la galería de fotos a continuación, se puede notar que este pequeño es un agradecido de la vida. Elfotógrafo Stacey Morrison de Happy Tails Pet Photography, comentó que “Joanne describe a Smiley como ‘Happy Go Lucky” (un despreocupado), que siempre está moviendo la cola, sin importar lo que está pasando”. Y así se comportó mientras lo capturaban con la cámara. Siempre juguetón, curioso y tranquilo.