Caldero Político
Estamos ante una realidad: la presencia de los jóvenes, mujeres y hombres, ante el relevo generacional.
En la Cámara local de diputados hay un ejemplo y ya no se diga en el engranaje gubernamental estatal o en las delegaciones federales: jóvenes y más jóvenes ocupan infinidad de carteras, puestos, responsabilidades.
Saben ellos -y quienes los pusieron- que es ¡ahora o nunca! porque estas oportunidades difícilmente se les presentarían en otras condiciones políticas.
El Gobernador Roberto Sandoval y el Presidente Enrique Peña Nieto impulsan a la juventud porque se apoyan en su pujanza, preparación y ganas de transformar. Admitimos que en el Gobierno Federal aún prevalecen inercias y compromisos políticos vetustos. Hay varios ‘viejos de la danza’, de la vieja guardia, que andan por ahí regando su polilla sin darse cuenta que sus mejores etapas ya pasaron y que ahora deben dedicarse a escribir sus memorias.
En Nayarit, la evolución es encabezada por la gente joven y estamos seguros –sin pecar de exagerados-, que la transición que se produce será la más grande y radical en la historia.
No queda de otra: hay que adaptarse a esta revolución política, social y económica; acostumbrarnos a dialogar con los jóvenes en todos los cargos donde se decide la vida del estado. Rémoras de tiempos pasados, personajes que están aferrados al pasado y que muestran sus métodos anquilosados, deben dejar su lugar a las nuevas caras a los nuevos talentos. Esta generación, la actual, propiciará volteretas en todos los ámbitos, con fallas, imprecisiones, errores o aciertos. La acción de este relevo generacional ya manifiesta efectos en la cultura, la educación y la sociedad y será mucho más profunda que las que hemos vivido hasta ahora, porque nunca antes había mutado tanto la economía y la política, con un gobernante (Roberto Sandoval) que imprime un nuevo método de trabajo, con visión y tiros de precisión, sin ceder a chantajes a la antigua ni a presiones convenencieras surgidas de organizaciones capitaneadas por líderes retardatarios, caciques o abusivos en sus cargos.
Ustedes saben a quienes nos estamos refiriendo: a agrupaciones que existen para esquilmar, explotar y lucrar con la economía y la política y que serán desplazadas por esta generación que debe sobresalir en la burocracia, el magisterio y en las organizaciones y sectores institucionales. Ya es suficiente con lo que esos líderes veteranos han pizcado durante muchos, pero muchos años. Que se vayan por la puerta grande, o chica, pero que se vayan y que Dios los bendiga.