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Una nota periodística reciente de Álvaro Alatorre hablaba del caos vehicular en Tepic: No es para menos. Del año 2000 al 2010 el número de vehículos que circulan en la capital de Nayarit se duplicó. De 70 mil 492 unidades que circulaban en ese entonces, la cifra se elevó a 144 mil 647 en 2010. De esa cantidad, 88 mil 621 son automóviles, 49 mil 196 camiones y camionetas de carga, y el resto son camiones para pasajeros y motocicletas.”
El libro “breve historia de los ayuntamientos de Tepic”
Un libro titulado “Breve Historia de los Ayuntamientos de Tepic”, del finado autor Carlos Muñoz Jiménez, nos ofrece una que otra ilustración sobre los primeros autos que hubo en esta ciudad capital de Nayarit. Tenemos que aceptar que esta es una versión de las varias que existen sobre los primeros automóviles en esta capital.
Más de cien años del reglamento de carruajes
El día 23 de marzo de 1912, fue autorizado por la jefatura política del territorio y por el secretario general de gobierno Juan Martín del Campo, el “Reglamento para el Servicio de Carruajes”, cuando todavía no aparecían vehículos automotores, sino “carruajes jalados por bestias que se estacionaban frente a Catedral, por la calle México”.
Los primero propietarios
De acuerdo a Carlos Muñoz, los propietarios de los carruajes de alquiler eran, entre otros, Pablo Retes Zepeda, Florentino Herrera, Otilio Zepeda, Lucio Zavala, Melitón Tapia, Aurelio Hernández, Luis Ulloa, Teodoro Zepeda, José Ayón, Dionisio Hernández, y Amador Leal.
Entre algunos de los choferes que lo fueron primero de carruajes y luego de autos, se menciona a Mateo Jaime, Santiago Munguía, Severo López, José Rivera “El Pitocho”, Francisco Solís “El Suspiro”, Blas Rodríguez, y otros.
En 1926 empezaron a llegar a esta ciudad los primeros automóviles de pedales, y en 1928 los de velocidades.
La primera licencia de conducir con motor a gasolina
El 10 de mayo de 1929 el señor Antonio Gómez Castro obtuvo la primera licencia de manejo. Se la firmaron el inspector técnico de la jefatura del Departamento del Trabajo que dependía de la Junta de Conciliación y Arbitraje; y la otra firma y Visto Bueno por parte del presidente municipal Aurelio Guerrero.
La primera Ley de Tránsito
“Ya en 1932 el general Juventino Espinoza Sánchez, gobernador interino, promulgó la Ley de Tránsito, nombrando como Jefe del Departamento al popular periodista y político Manuel Bustamante, ‘El Manbús’; éste llamó a colaboraR con él al entonces jovencito Alfonso Solano Colio, quien trabajó como agente y después en la oficina. El Güero Solano hizo ‘huesos viejos’ en Tránsito y se jubiló hasta en el periodo de don Emilio González”.
Un “convertible” y un “Fiat modelo 1914”
El autor del libro que se fechó y se presentó en la presidencia municipal en julio de 1995, don Carlos Muñoz Jiménez, asegura haber entrevistado al primer chofer con licencia don Antonio Gómez Castro, de Tepic, hijo de Vidal Gómez Rodríguez y de Ramona Castro Rubio, también tepiqueños.
“Empieza Toño diciendo que el primer automóvil que llegó a Tepic era un convertible color rojo, pero que no recuerda el modelo y marca. Este carro venía de Sinaloa, y llegó por tren hasta Ruiz, donde terminaba el ferrocarril.
Este hecho ocurrió entre los años 1917 o 1918, El convertible fue bajado del tren para ser conducido a Tepic, era propiedad del general Rafael Buelna. El conductor tomó la brecha con destino al poblado de Salazares para llegar a La Escondida, donde se quebró la unidad.
Representantes de la Casa de Aguirre al tener conocimiento de lo anterior, comisionaron al señor don Vidal Gómez Rodríguez, padre de nuestro entrevistado y chofer al servicio de esa empresa, para que lo condujera a esta ciudad de Tepic, cosa que hizo, pero jalado por mulas, estacionando dicha unidad en la calle Zacatecas, frente al Mesón ‘El Arca de Noé’, que era propiedad del señor José Félix Robles”
Sobre el segundo auto
El libro en mención relata algunos pasajes del arribo a Tepic de un segundo automóvil que se vio aquí por vez primera el mes de septiembre de 1921, y dejo el texto de Muñoz Jiménez:
“Su propietario fue el señor Esteban Gangoiti, que estaba casado con la señora Leonor Varela. Se trataba de otro convertible, muy bonito, marca FIAT de origen italiano, posiblemente modelo 1914, o 1915, el volante lo traía al lado derecho, y la palanca de velocidades por fuera del carro, pero del mismo lado derecho.
Dicha unidad venía siendo manejada por el entonces joven Gonzalo Gazca, quien se quedó a vivir en Tepic y con el tiempo se casó con la señorita Victoria Bernal, los que más tarde establecieron una tienda de ropa, muy importante por cierto, que se llamó ‘La Vencedora’.
Tan Flamante automóvil permaneció encerrado por falta de refacciones y de talleres mecánicos”.
Alcohol en vez de gasolina
El propio señor Antonio Gómez Castro dice que un ingeniero químico de origen alemán y con residencia en Tepic, de apellido Mayer, logró crear un combustible para motores de este tipo de autos, utilizando alcohol producido en el Ingenio de Puga.
Hay una anécdota de una honorable dama, doña Ernestina Calles, hija del presidente de México Plutarco Elías Calles, y esposa del secretario de Agricultura Fernando Torres Blancas.
La Casa Aguirre contrató al joven chofer Antonio Gómez para llevar a pasear a doña Ernestina en un auto de lujo de ese entonces, y en el camino a La Fortuna la mujer, indignada por el olor, le dijo al del volante:
“-¡Apesta usted mucho a alcohol, lo voy a reportar!-”.
Y el humilde conductor no tuvo otra opción que frenar el carro, quitar la tapa del tanque de combustible, mojar un paño y dárselo a olfatear a la elegante pasajera.
Dona Ernestina Calles dejó este detalle como anécdota y dicen que cuando llegó a la ciudad de México les platicó a sus amigos que en Tepic no usaban gasolina los autos, sino alcohol.
Las calles eran poco transitables
No se puede hablar de muchas de las calles que eran propias para que circularan los autos, sino que se usaban las de bestias. Solo podemos hablar de la calle México, la calle Veracruz, la calle Lerdo, la calle Allende, la calle Aquiles Serdán (hoy Juan Escutia), la Calzada de la Cruz antes llamada la Calzada de los Zalates, y curiosamente, los primeros carros podían ingresar a unos anillos enterregados que circundaban el Paseo de la Alameda. Todavía muchos años después, digamos hasta los sesenta, se podía “ir a dar la vuelta” a la Alameda, pero ya en autos muy modernos y veloces.