Con visión ciudadana
Recientemente, el Buró del Censo de Estados Unidos algo así como el INEGI que tenemos nosotros, publicó un boletín informativo en el que resaltó un importante déficit en la balanza comercial de nuestro vecino norteamericano con nuestro país, el reporte declaró claramente que EEUU compró a México $11,300 millones de dólares en autos y por el contrario sólo logró vender a nuestro país $1,400 millones de dólares. Hasta ahí vamos bien, sin embargo no tardó quien resaltó que entre las causantes de este déficit estaba el gran margen de ganancia que significaba para las empresas automotrices armar sus vehículos en México, regímenes fiscales preferentes, insumos económicos pero sobre todo mano de obra ampliamente calificada , pero abismalmente más económica en términos monetarios que la mano de obra estadounidense, de hecho la mano de obra mexicana es la más económica sólo por encima de la China que de hecho está por alcanzarnos y dejarnos en el poco honroso hito de la más barata a nivel mundial.
Si bien es cierto que este dato pudiera parecer negativo, lo cierto es que la industria automotriz por lo menos en nuestro país es fuente de abundante riqueza desde las inversiones multimillonarias que se han realizado en los últimos años y meses, hasta los propios sueldos que de hecho son de los mejores pagados en el mercado laboral mexicano, sí, que contradicción que a nivel mundial son los sueldos más bajos pero a nivel nacional están más en el lado de los bien pagados.
En fin, el tema es que nuestro país se ha convertido en uno de los principales exportadores de automóviles a nivel mundial, Estados Unidos, Europa, Latinoamérica, el mundo ya está rodando sobre productos hechos en México y el futuro indica que tomaremos el primer puesto en poco tiempo, con más y más fabricas en construcción, inversiones en puerta y la mano de obra mexicana cada vez más calificada el camino es en franco ascenso y así como las automotrices han notado las bondades del suelo mexicano para la manufactura no dudemos que otros sectores tomen cada vez más en cuenta a nuestro país como centro de negocios con la consecuente bonanza en trabajo, inversión que traerían las cadenas productivas.
Me siento obligado a insistir, tantas cosas buenas que estamos viviendo y sólo aferrarnos a lo negativo no le veo el sentido, por lo pronto México tiene un superávit importante en materia de comercio exterior, enhorabuena por todos los involucrados en la industria pues sus productos garantía de calidad están haciendo un impacto fuerte en todo el mundo.