Un nayarita que fue candidato al Premio Nobel de literatura

Hace unos tres meses estuve presente en una de las reuniones informales y de camaradería que los viernes en la noche llevan a cabo los miembros de “La Cofradía”, un grupo de nayaritas interesados en la historia de sucesos, lugares y personajes destacados de nuestra entidad.

Esa vez, por casualidad, (ya que viaja bastante), estuvo presente el profesor nayarita Hugo Humberto Rodríguez, un maestro migrante que lo mismo pinta murales en escuelas, que escribe libros y que viaja tomando fotos de todo lo que va admirando.

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Al tratarse de personajes ilustres de Nayarit, el profesor Rodríguez se refiere a Ernesto Galarza, de quien, dice, no se le ha reconocido lo que se merece en su tierra.

Galarza fue un líder de movimientos reivindicatorios de las luchas de los obreros del campo y la ciudad en la Unión Americana, nos dice con vehemencia.

Escribió libros de poemas, de novela y ensayos. Sus estudios sobre la productividad de los chicanos en el desarrollo económico de los Estados Unidos de Norteamérica llegaron a las aulas, y aún perdura su lección.

Galarza, -sigue diciéndonos Hugo Humberto-, junto con otros intelectuales de origen hispano, incorpora un sistema de educación bilingüe que ha sido adoptado en la didáctica de EU para comunidades de población de origen latino.

Y el profesor Hugo fue más allá, al afirmar que Galarza fue incluso consejero de asuntos políticos del gobierno  estadounidense.

“Galarza no era un cualquiera, tenía una personalidad impresionante, se podía entender con los anglosajones en todos los campos del saber”.

Ernesto Galarza desde el punto de vista de un contemporáneo

Los escritos de Ernesto Galarza se pueden dividir en tres fases: El Panamericanista, el Abogado trabajador agrícola, y el educador. Galarza nació en un pequeño pueblo de montaña en México (Jalcocotán, municipio de San Blas, Nayarit).

Cuando tenía cinco años, él, su madre y dos tíos huyeron de la Revolución Mexicana. Viajaron durante tres años hasta que llegaron a Sacramento, California.

A la edad de doce años, Galarza perdió a su madre y otro tío por la influenza. Continuó su educación con la ayuda de su otro tío y trabajó después de la escuela y durante los veranos, como un trabajador del campo y en las fábricas de conservas. Su camino hacia el norte, las luchas de su familia para sobrevivir, y el proceso de aculturación se representan en su autobiografía escrita en el año de1971, “Barrio Boy”, que es la historia de aculturación de un muchacho. Este libro, Barrio Boy, que luego se llevó al cine,  es tal vez la contribución más destacada de Galarza a la literatura chicana por su espíritu pionero en el campo del ensayo y la calidad de su prosa.

En 1923 Galarza recibió una beca del Occidental College en Los Ángeles. En 1927 recibió una beca de la Universidad de Stanford, que le otorgó el grado de maestría en historia latinoamericana y ciencias políticas en 1929. Después de casarse con Mae Taylor, profesora de Sacramento, Galarza entró en la Universidad de Columbia, donde obtuvo su doctorado en la historia de América Latina en 1932.

En su libro “La Iglesia Católica Romana como un factor en la historia política y social de México”, Galarza defiende las acciones de los gobiernos revolucionarios mexicanos, cuyo objetivo era limitar el poder de la iglesia católica.

Breve semblanza

Ernesto Galarza nació en Jalcocotán, Nayarit 15 de agosto de 1905.

Por su obra narrativa contenida en libros de poemas, tres novelas, e innumerables ensayos, incluida “Barrio Boy”, Galarza fue nominado para el Premio Nobel de Literatura en 1976. Lo postulan las comunidades de origen latino.

Cuando tenía ocho años, su familia salió de México a los Estados Unidos a causa de la Revolución Mexicana. Ellos vivían en Sacramento, California, y Galarza trabajaba como obrero en un campo. Habían vivido un año en Mazatlán Sinaloa antes de seguir hacia el norte.

Galarza, ya estudiado, fue un activista para los obreros por gran parte de su vida. Estaba preocupado por las malas condiciones en las cuales tenían que vivir los migrantes del campo y la ciudad.

Trabajó para organizar sindicatos en California. Por todo su trabajo con los obreros, Galarza enfatizó que había que construir sindicatos  más responsables e independientes.

Con su esposa, que era norteamericana, desarrolló un programa educacional bilingüe. Trabajó como profesor en algunas universidades por su carrera profesional, y la educación fue algo muy importante para él. Había tenido éxito con su propia educación, pero se dio cuenta que muchos mexicoamericanos no tenían las mismas oportunidades.

Se murió en 1984. Todavía se siente mucho la influencia de su trabajo por las comunidades latinas y obreras en los Estados Unidos. Ganó fama en la comunidad chicana y la comunidad internacional y es una figura inspiradora para muchos.

Galarza Académico

Nos dice el migrante Jaime García López en un reportaje para Nayarit en Línea (un portal de internet), que Ernesto Galarza recibió su licenciatura y su maestría en historia y ciencias políticas en la Universidad de Stanford y posteriormente recibió una beca de investigación en la Universidad de Columbia. En los años sesenta fue profesor en la Universidad de Notre Dame, en la Universidad de San José, California, y posteriormente en las universidades de Santa Cruz y San Diego, precisamente cuando contribuyó en la edición de la colección de la serie de Mini Libros utilizados en la educación básica de los niños bilingües.

Ernesto Galarza es sin duda un personaje clave en la historia de los inmigrantes en Estados Unidos. Murió en Junio 22 de 1984 en San José, California.

En la ciudad de San José, una escuela primaria lleva su nombre, un paseo de arte entre las calles Market y Cuarta en el centro de la ciudad conmemora su legado académico y social, un centro de investigación de la universidad de Riverside, salas de estudio y bibliotecas de diferentes universidades en California también llevan su nombre.

En Nayarit la historia no le hace justicia

En el lugar donde nació y dio sus primeros pasos, Jalcocotán, apenas una extensión de la preparatoria CBTA 130 lleva su nombre y penosamente su legado no se explota para inspirar a futuras generaciones.

Ernesto Galarza, hombre de gran estatura moral, no solo caminó los caminos que miles de nayaritas han recorrido después de él, sino que también ejemplificó con su vida, de cómo un migrante se reinventa y evoluciona sin olvidar su origen y de qué madera estamos hechos los buenos nayaritas y mexicanos.

Seguramente él, no buscaba postergarse en el tiempo; pero hoy en día cuanta falta hace conocer historias como la de él, nos ilustra Jaime García López acerca de un gran nayarita casi olvidado, Ernesto Galarza.

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