Recorrió por primera vez el trayecto Nogales-Mazatlán-Guadalajara de manera completamente automática y en perfectas condiciones
El legendario caballo blanco del célebre corrido partió alguna vez de Guadalajara y llegó exhausto a la frontera norte de México. Ahora un vehículo autónomo recorrió por primera vez el trayecto Nogales-Mazatlán-Guadalajara de manera completamente automática y en perfectas condiciones, informó hoy su equipo científico.
Así lo informó hoy el equipo de investigadores de la Universidad Libre de Berlín, en colaboración con la Universidad de Nevada en Reno y compañías automotrices alemanas. Demostró la nueva tecnología recorriendo los mil 650 kilómetros que separan Nogales de Guadalajara (pasando por Mazatlán) en cinco días.
El vehículo “AutoNOMOS” tuvo que navegar guiado por sus computadoras a través de carreteras en buen estado, pero también circuló por tramos en construcción y atravesó zonas urbanizadas. Este desafío científico se estuvo preparando durante casi un año.
Ya en el mes de septiembre el mismo grupo de investigadores había levantado los mapas de seis mil kilómetros de carreteras en Estados Unidos y México, mismos que ahora forman la base para la navegación autónoma del carro.
El jefe del proyecto es el doctor Raúl Rojas de la Universidad de Berlín, también catedrático visitante en la Universidad de Nevada. En colaboración con el Instituto Politécnico Nacional y el Conacyt se estuvo planeando esta demostración técnica para hacerla coincidir con el regreso de la Fórmula Uno en México.
El vehículo AutoNOMOS es, según las palabras de Tinosch Ganjineh, miembro del equipo berlinés, un “laboratorio en movimiento”. Un sistema de localización GPS le permite determinar al auto su posición en la carretera.
Los carriles, semáforos y peatones son detectados usando cinco cámaras de video montadas detrás del parabrisas. Cuatro cámaras adicionales proporcionan una vista panorámica del entorno del auto.
Tres láser en la parte delantera y tres en la trasera detectan vehículos en el carril para automotores, pero también en los carriles adyacentes.
Con radares al frente y atrás se puede determinar la velocidad de todos los objetos cercanos. Un láser rotatorio en el techo del vehículo proporciona mediciones panorámicas de la ubicación de todos los vehículos hasta 70 metros alrededor de AutoNOMOS.
“Pero el verdadero secreto del auto es su “inteligencia”, que está contenida en la programación de las computadoras que reúnen la información de los sensores. “Queremos que una persona que viaja en nuestro auto al cerrar los ojos no pueda decir si maneja la computadora o una persona”, dice el profesor Rojas.
“La mejor manera de definir un automóvil autónomo es pensar que es un taxi, que nos lleva a cualquier lugar de la ciudad, pero el taxista es ahora una computadora”, agrega el investigador.
El software de AutoNOMOS ha estado en desarrollo desde 2006. Los vehículos de la Universidad Libre de Berlín han sido presentados en Alemania, Estados Unidos, Suiza y México.
En 2012 se hizo una exhibición de extensión limitada en la Ciudad de México. Ahora el grupo berlinés ha regresado para lograr un récord personal de manejo autónomo. Hasta ahora la distancia más larga de sus recorridos había sido de 300 kilómetros en Alemania.
“Queríamos hacer esta prueba en México porque las carreteras mexicanas requieren inteligencia de manejo muy superiores a la que necesitamos en Alemania o Estados Unidos”.
“La ausencia de líneas blancas para los carriles, la falta de franja de seguridad y la manera en que se marcan las zonas en construcción son desafíos mayores”, dice el catedrático Daniel Göhring, también de la Universidad de Berlín. “Y no hablemos de los topes y baches, que nos pusieron en aprietos”, agrega sonriendo.
Para sortear todos estos peligros el equipo berlinés ha estado trabajando durante años examinando las estrategias usadas por conductores para navegar en las calles de grandes metrópolis. Existen reglas implícitas que cada persona aprende por experiencia propia.
Codificar esas reglas en una computadora requiere de mediciones muy precisas de las condiciones del tráfico -por eso todos los sensores en la carrocería, pero también hay que implementar lo que se podría llamar la navegación en enjambre.
Un grupo de aves o peces se puede coordinar de manera perfecta a través de sutiles señales locales: lo mismo ocurre en el tráfico y descubrir esas reglas para que las implemente una computadora es el desafío del momento, dijeron los investigadores.
La industria automotriz en Estados Unidos, Europa y Japón se está preparando para la introducción del autopiloto para la carretera a partir del año 2020. Será posible oprimir un botón y los vehículos seguirán su carril de manera automática, pero además podrán rebasar carros más lentos y entrar y salir de la carretera.
Sin embargo, en las ciudades habrá que esperar todavía varias décadas hasta que la tecnología haya sido probada de manera muy intensa. Solo entonces se podrá entregarla al público en general.
En el caso de todos los prototipos actuales, como es el de AutoNOMOS, un conductor de seguridad va siempre sentado frente al volante y pedales del vehículo para intervenir si fuera necesario.
En pocos años se planea que vehículos autónomos puedan circular incluso vacíos, para reubicarse en la ciudad. Según el equipo berlinés, este es el futuro del automóvil.
En el Siglo XXI será posible recuperar los espacios urbanos porque no será necesario estacionar autos que de todas maneras circulan solo el 5.0 por ciento del tiempo. Flotillas de taxis autónomos nos recogerán en nuestros hogares o en el trabajo, nos llevarán al Metro, al autobús, o directamente a casa.
Se podrá compartir la unidad con dos o tres personas que viajan en la misma dirección, todo coordinado por un sistema maestro que puede optimizar el tráfico de la ciudad.
“El próximo segundo piso del Periférico no es de concreto, es un segundo piso tecnológico”, dijo a Notimex el profesor Rojas. En el caso de megalópolis como la Ciudad de México no hay otra salida posible al caos vial que compartir el automóvil, pero de manera inteligente, para reducir drásticamente el tráfico.