Antes de morir, Williams había aclarado cómo quería que se dividiera su fortuna de $45 millones, pero su tercera esposa, Schneider Williams, quiere impugnar el testamento. En los documentos presentados en la Corte Superior de San Francisco pide excluir los $7 millones que vale la casa donde convivía con el actor.

Argumenta que su esposo quería que se quedara con la residencia, situada en Tiburón, al norte de San Francisco, y que Williams había destinado para sus hijos, Zac, Zelda y Cody “de matrimonios previos” los bienes que guardaba en una propiedad en Napa, CA.

Según la viuda, los hijos del actor se llevaron sin su permiso artículos de su casa en las semanas posteriores a la muerte del actor. Por su parte, los hijos consideran que Susan está “agregando un insulto a una herida terrible”. El testamento de Williams estipula que sus hijos deben recoger “su ropa, joyas, fotos personales tomadas antes de su matrimonio con [Susan]
recuerdos y premios de la industria del entretenimiento y la propiedad personal tangible localizada en Napa”.

Sin embargo, la viuda no quiere que se lleven la colección de relojes ni la colección de artículos que tenían un gran valor sentimental para el actor, como armas antiguas, máscaras de teatro, fósiles, libros y figurines de animé japonés.

Los hijos del actor aseguran tener “el corazón roto” porque su viuda ha tratado de cambiar el testamento donde dejó escritos sus últimos deseos.

Ambas partes tendrán que presentar argumentos el 30 de marzo en la Corte Superior del condado de Marin, California.