Este objeto podría ayudar a muchas personas que no pueden oír de manera natural, implantando dicho dispositivo en la lengua con una cirugía menor.
La combinación de la medicina y la tecnología están cambiando la vida de muchas personas con la mejora de prótesis y aplicaciones para el control de enfermedades, sin embargo un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Colorado quiere ir más allá y busca que las personas escuchen con la lengua.
De acuerdo con un reporte de Kortny Rolston, quien es especialista en Ciencias de Comunicación en ese instituto educativo, actualmente uno de los pocos tratamientos para las personas que han perdido la mayor parte de su capacidad auditiva es implantarse un dispositivo coclear.
Dicho equipo cuenta con dos partes, una interna que se coloca a través de una cirugía menor, y otra externa que, combinadas, transforman las señales acústicas en eléctricas que estimulan el nervio auditivo para que las personas puedan escuchar.
John Williams, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Mecánica, comenzó a sufrir una pérdida de la audición y fue ahí cuando se preguntó si sería posible escuchar utilizando otro sentido, después de todo se ha visto que las personas que pierden su vista pueden nuevamente leer usando su sentido del tacto gracias al código Braille.
El experimento de Williams mezcla la neurociencia con la sustitución sensorial, es decir, entrenar al cerebro para recibir información de otra fuente.
Con la ayuda del estudiante J.J. Moritz construyó algunos prototipos, aunque también tuvo que acudir a un neurocientífico que estudia los receptores del gusto de la lengua.
El dispositivo creado por Williams y su equipo es una pieza llena de electrodos que manda señales eléctricas a la lengua para que el cerebro aprenda a interpretarlos en palabras, esto luego de que un auricular detecte el sonido y mande las señales a través de una conexión Bluetooth.
Con dos o tres meses de completo uso, el cerebro sería capaz de empezar a interpretar las palabras o sonidos”, prevé el investigador.
Sin embargo para tener un éxito total necesitan identificar qué receptores de la lengua son los adecuados para recibir los impulsos eléctricos y que, al mismo tiempo, éstos sean consistentes para que el dispositivo pueda ser usado por cualquier persona.
De no lograrse lo anterior, el equipo deberá personalizarse, lo que afectaría su precio.
Los científicos esperan que la versión final del dispositivo pueda colocarse en la boca de tal manera que no se note y no afecte la vida diaria del usuario.
El proyecto es tan prometedor que sus impulsores ya han solicitado una patente provisional y han creado una empresa llamada Sapien.
Con información de excelsior