A cuidarnos

LA VERDAD… SEA DICHA

Por Martín Elías Robles

Qué importa lo que hagan los incrédulos, lo que opinen los desobligados; qué importan las noticias sensacionalistas en redes sociales y el internet sobre conspiraciones entre naciones, las supuestas guerras políticas o castigos divinos, por encima de todo, el mundo está viviendo una realidad con la pandemia del Coronavirus, los contagiados y los muertos están a la vista por miles. México ya sufre los primeros estragos de la enfermedad: Por eso es necesario tomar conciencia sobre las medidas de protección, la sana distancia, el lavado de manos, el cubre-bocas, el encierro domiciliario y la alerta máxima, esto que está sucediendo no es un juego, y la continuidad de nuestra existencia depende de todos. Por el bien de la humanidad hagamos el esfuerzo de ser responsables.. 

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CONFUSIONES Y EXTRAVÍOS. Aquí saludándole con el gusto de siempre, y claro con la preocupación que tenemos por la pandemia del coronavirus que nos tiene trastornado al mundo. La verdad es que la gente ya no sabe ni que hacer para evitar un posible contagio, bueno, hasta en las instituciones médicas existe la confusión respecto a cómo se atenderá a las personas contagiadas,  una vez que se han presentado casos en Nayarit. 

Por ejemplo, en el IMSS, aquí en la capital Tepic, hace unos días, en la clínica uno estuvieron regresando a su casa a muchos pacientes de diversas enfermedades, supongo para dejar los espacios listos para los posibles casos de Coronavirus; un familiar mío que tenía otro tipo de enfermedad tuvo la mala suerte de que también lo regresaran, aun sabiendo que presentaba un cuadro delicado de salud; debido a eso se tuvo que internar en un hospital privado para que lo operaran, afortunadamente todo salió bien, y aunque el gasto fue mayúsculo, no hubo más remedio que hacerlo así. Son tiempos difíciles, y sí cuando todo es normal las atenciones en el IMSS muchas veces son deficientes, imagínese ahora con lo del coronavirus, los médicos y enfermeras no saben ni que hacer, desgraciadamente con esta pandemia está en peligro la vida de todos. En fin, hay la llevamos, Dios quiera que los nayaritas salgamos bien librados de esta situación.

DE MODALES.  Hoy he decidido transcribirle un gracioso trabajo de nuestro inolvidable Amado Nervo, que versa sobre la amabilidad y la confianza entre los buenos amigos de aquella época; es un simpático artículo de los muchos que aparecen en el libro “AMADO NERVO: EL PERIODISTA” Prólogo y recopilación de su Obra Periodística en El Nacional de 1894-1900. Esta gran recopilación del trabajo de Nervo fue escrita por Mayra Elena Fonseca Ávalos, quien en el 2003 y 2007 fue becaria del Programa de Estímulos a la Creación Artística (FECAN)  y por el Fondo Estatal para el Desarrollo Integral de la Producción Artística de Nayarit (FEDIPAN). Pues bien, he aquí la transcripción del artículo titulado “De Confianza”: 

En México hay tres clases de amigos, para todos: el amigo a secas, el amigo íntimo y el amigo de confianza. El primero es cualquiera. El que nos presentaron ayer y nos saluda hoy; el compañero de oficina o de club; Pedro, Juan, Francisco, etc. El amigo íntimo ya es otra cosa; forma parte de las cuatro ò cinco personas que nos hacen diariamente la tertulia, y a los cuales, por odio al castellano, llamamos nos íntimes. El amigo íntimo primero dejaría de cenar que de visitarnos cuando menos una hora por día. Llega a nuestra casa, haciendo siempre las mismas caravanas y con las mismas sonrisas; habla de las novedades del día, del calor ò del frio, y a buena hora se despide parsimoniosamente, para tornar al siguiente día. Es generalmente un hombre inofensivo del todo; viste correctamente y los domingos lleva bomba y levita cruzada. 

La tercera categoría, según indiqué al principio, es la de los amigos de confianza. Librete Dios de pertenecer a ella, lector querido; y si juzgas exagerados los temores que mi exclamación supone, oye lo que voy a referirte. El amigo de confianza es la víctima expiatoria de los niños malcriados de la casa, el factótum del señor y la señora, el consejero de la muchacha, etc. Si muere alguno de la familia, el amigo de confianza es el encargado de hablar a Gayosso, de vestir al muerto, y aún de recibir el pésame. Si el niño Carlitos ò Juanito ó Luisito quieren ir a paseo, el amigo de confianza lo lleva y le compra dulces y le paga los trenes. 

Si la jovencita tiene novio, el amigo de confianza entretiene a la mamá. Y cuando los novios quiebran, él se encarga de urgir al galán para que devuelva las cartas y de dar consuelos a la muchacha. No es todo. El amigo de confianza jamás es invitado a nada… Lo dejan solo en la casa cuando la familia tiene que salir, contentándose la señora con decirle: -Mire, Pancracio, tenemos que hacer una visita y vamos a dejarlo, al cabo ustè es de confianza. Durante su estancia en la casa también lo dejan solo para ir a esto ò aquello, pues al fin es de confianza. Los muchachos le piden centavos día tras día y la mamá los reprende diciendo: -Pero ¿ha visto usted muchachos más malcriados? Si no fuera usted tan de confianza me moriría de vergüenza. El jefe de familia, cuando llega distraído no le saluda, y cuando advierte su falta dice: -¡Ah! ¡Ahí estaba usted, Pancracio! Perdone que no le haya saludado. Al fin y al cabo usted es de confianza. ¡Oh, lector! Lo repito: ¡Librete Dios de ser amigo de esos! ¡Llegarás por complaciente hasta comprar boletos de teatro para la familia, alquilarle coche y buscarle mozo, cocinera y nodriza, porque al fin y al cabo eres de confianza!  Así escribió Amado Nervo para su sección Fuegos fatuos, bajo el seudónimo de Triplex en El Nacional un 11 de noviembre de 1895. Hasta pronto. Para comentarios robleslaopinion@hotmail.com

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