Con Visión Ciudadana

En materia de campañas políticas hasta hace algunas décadas, si bien ya existían lo que podemos llamar campañas y ciclos electorales, la realidad es que distaban mucho de las “verdaderas” contiendas que tenemos en el presente, donde existen distintos candidatos competitivos con posibilidades reales de ganar, acompañados de con grupos de seguidores muy fieles promoviendo la intención del voto hacia el candidato de su preferencia y una gran población de personas sin una clara definición política y que por lo tanto esperan ver que candidato tiene la mejor oferta conforme a su criterio, son precisamente estos indecisos los que en últimas fechas han decidido la elección.

La situación aquí es que pareciera meritorio, para quien escribe estas letras, hacer algunas notas solo para dejar constancia de varios elementos, considerando que ha iniciado de nueva cuenta el bombardeo publicitario en todas las arenas, llámese calles, radios, televisión y ahora redes sociales.

En primer término, no puedo siquiera recordar cuando fue la primera vez que escuche las mismas propuestas que han comenzado a sonar de nueva cuenta entre los candidatos, quizá el tema de la inclusión de las mujeres es un poco más reciente pero, desde que tengo memoria he escuchado las mismas promesas, traeré seguridad, traeré mejor economía, más salud, más educación, es decir, todavía no hago el ejercicio para fines estadísticos y comprendo obviamente que siempre hemos adolecido de los mimos males, pero el tema es que es un poco ilógico prometer y prometer lo mismo sin un resultado de trasfondo, en el siglo pasado, previo a los tiempos de alternancia, la promesa tenía sentido, un grupo que no había tenido la oportunidad en teoría llegaría de 0 a tratar de cambiar al situación y a cumplir esas promesas, sin embargo, ese barco ya zarpó, si acaso Andrés Manuel López Obrador tendría un poco más de margen con ese tipo de promesas y aún así pareciera que su principal propuesta base y fundamentación de todas las accesorias es el combate a la corrupción, lo cual de suceder sería algo positivo cabe destacar.

En segundo término y para finalizar este comentario, no se cuanto más tiempo pueda durar este formato de campañas, de proponer por proponer, de exhibir o enunciar palabras y discursos que en las estadísticas siempre quedan cortos con la realidad y ello sin contar el mero desgaste que representan los actos masivos, aplausos quizá para quien parece será el próximo gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, que desde hace 6 años innovó y parece que en este ciclo aplicará la misma formula exitosa, sin forzar personas a mítines masivos, sin repetir las mismas palabras, va de pueblo en pueblo con un banco a escuchar a las personas que en verdad quieren dialogar con el, sin duda una propuesta que se contrapone al manual de Carreño que parece se maneja en materia de campañas, aunque claro está no faltará quien busque imitarlo y con el tiempo desgastar esta nueva estrategia como sucedió con el fenómeno de las A.C. en fin, bienvenida seas veda electoral.