Véritas Liberabit Vos
Esta asamblea inicialmente programada para noviembre y que será encabezada por su actual Presidente Enrique Ochoa Reza, se realiza a cuatro años de que Cesar Camacho Quiroz encabezara una jornada magistral de acuerdos y compromisos de todos los sectores en una muy productiva XXI Asamblea, y que ahora enmarcada en los resultados obtenidos en los comicios de junio pasado, dejan un reto importante de análisis y definiciones de fondo que habrá que tomar con bastante seriedad ante un escenario muy distinto al del 2013.
Mucho se ha hablado de la posición que en esta Asamblea tenga el anterior dirigente del partido Manlio Fabio Beltrones quién desde finales del mes de julio ha estado hilando fino, convocando a legisladores leales y convencidos para crear una corriente política nueva que haga un análisis de las causas que generaron los resultados ya conocidos de la pasada contienda electoral y apuntale de una manera fresca, inteligente e incluyente la imagen del partido así como su plataforma estructural frente a un 2018 ya en puerta.
Mucho se ha rumorado el aspecto y similitud que esta corriente pueda tener con historias ya pasadas de este partido, y no puede por ningún motivo dejarse de mencionar la conocida Corriente Democrática que a finales del año de 1986 se formó en el seno del PRI encabezada por el ex Gobernador de Michoacán Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el ex Presidente del PRI Porfirio Muñoz Ledo posicionamiento que a la postre generó una ruptura dolorosa que derivó en la fundación del hoy Partido de la Revolución Democrática, situación que a mi juicio dista mucho de ser parecida y mucho menos con los mismos objetivos de miras que tuvieron estos personajes.
Recordemos que se vivía los tiempos que preparaban el camino a las elecciones presidenciales de 1988 y que para entonces la situación mundial que imperaba era ya muy diferente a la vivida por el Partido desde los inicios de su fundación en marzo de 1929 en la figura de Plutarco Elías Calles, las tendencias globales neoliberales y tecnócratas que propugnaba el rumbo del partido con la presidencia de Miguel De la Madrid Hurtado eran ya muy diferentes a los principios social- demócratas y de tendencia de izquierda que representaban a ese grupo en el cual se incluían la ex embajadora Ifigenia Martínez y el ex diputado Rodolfo González Guevara entre otros; quienes intentaban hacer valer su opinión para establecer reglas y normas afines para la designación de un candidato presidencial al modo de ellos.
Esto no tenía marcha atrás, por eso en la XIII Asamblea Nacional el recién llegado Presidente del partido Jorge De La Vega Domínguez, apoyado por la mayoría de representantes al no dar cabida a esta corriente que tenía más tinte de intereses personales que de grupo, provoco el que puede ser considerado en la historia del tricolor como la disidencia más representativa de este partido en aras de intereses personales, así de esta ruptura surge el Frente Democrático con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza habiéndose adherido a él el PARM y el PPS, posteriormente y ya como candidato de esta coalición el líder socialista Heberto Castillo declina y se une con el PMS al Frente Democrático, pionero de lo que en nuestros días es el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Al interior del PRI la ruptura genero un gran fortalecimiento ya que por primera ocasión como parte de la plataforma electoral se determinó que seis priistas distinguidos comparecieran en lo que se llamó coloquialmente “la pasarela presidencial” para conocer sus propuestas de cara a la nominación por los Pinos, así: Ramón Aguirre Velasco, Manuel Bartlett Díaz, Alfredo Del Mazo González, Sergio García Ramírez, Carlos González Avelar y Carlos Salinas de Gortari, decisión que recayó en este último quién fue nombrado candidato por los sectores campesino, popular y obrero un domingo 4 de octubre de 1987.
En esta ocasión la corriente de opinión propuesta por el ex dirigente y ex Gobernador de Sonora Manlio Fabio Beltrones dista mucho de tener aires de ruptura, al contrario su propuesta lo dijo siendo aún presidente del partido días después de saber que las elecciones no fueron favorables: “Es la necesidad de reconocer los errores, sumar esfuerzos, actuar de adentro hacia afuera y vislumbrar con estrategias inteligentes y frescas como afrontar los problemas de corrupción, impunidad, inseguridad y desarrollo económico”, tareas importantes en la imagen del actual partido en el poder.
Se sabe que los legisladores que ven con buenos ojos la propuesta de revisión, son de probada lealtad a los principios rectores del partido por lo que está lejos un sueño mesiánico de intereses personales, aquí es la unidad y la fortaleza de grupo que si se aprovecha la experiencia y el deseo de reposición que actualmente muestra esta corriente, la asamblea XXII podrá ser una bocanada de oxígeno muy conveniente para el PRI.